Un apagón informático global ha generado un caos sin precedentes en los aeropuertos de Estados Unidos justo cuando miles de pasajeros se disponían a iniciar sus vacaciones de verano. Una actualización de software defectuosa interrumpió los servicios de múltiples aerolíneas y aeropuertos desde la madrugada del viernes, afectando notablemente a las compañías Allegiant Air, American, Delta, Spirit y United. Según datos de FlightAware, hasta las 3 de la tarde (hora de la costa este), más de 2.400 vuelos habían sido cancelados y otros 7.600 sufrieron retrasos.

Aunque algunas aerolíneas lograron reanudar sus operaciones a lo largo de la mañana, muchas anticipan que las interrupciones persistirán. American Airlines, United, Delta y Spirit anunciaron exenciones para facilitar el cambio de vuelo a los pasajeros afectados por el apagón.

El caos, que resultó en largas colas y planes de viaje frustrados, fue causado por una actualización defectuosa de un antivirus de la firma de ciberseguridad CrowdStrike, que afectó el sistema operativo de Microsoft. George Kurtz, director ejecutivo de CrowdStrike, aclaró que no se trató de un incidente de seguridad ni de un ciberataque. "El problema ha sido identificado, aislado y se ha desplegado una solución", comunicó Kurtz.

El sector de la aviación sufrió especialmente debido a la dependencia de un horario estrictamente coordinado. La Administración Federal de Aviación (FAA) trabaja junto a las aerolíneas para reanudar las operaciones normales, anunciando que los retrasos serán intermitentes mientras se resuelven los problemas tecnológicos residuales.

Además de las aerolíneas, el apagón afectó las líneas de emergencia 911 en varios estados de EE.UU. El Sistema de Alerta de Emergencia de Estados Unidos informó que, en caso de emergencia, las personas deben llamar al número local de la policía o los bomberos. No está claro el alcance total de la interrupción en el servicio 911, pero varias localidades usaron las redes sociales para anunciar la falta o restauración del servicio.

La falla informática también afectó a hospitales, medios de comunicación, bancos, trenes y múltiples empresas y servicios en todo el mundo, desde Europa hasta Asia. La magnitud de la interrupción subraya la fragilidad de la infraestructura tecnológica global y su impacto en sectores críticos.

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