"Desgraciadamente nos vamos a ver afectados en tres o cuatro meses, la comida que teníamos que estar sembrando no la vamos a tener", Lázaro Sánchez, un campesino cubano de 56 años a la agencia estadounidense The Associated Press (AP).

Sánchez contó que "primero le fue imposible conseguir combustible y semillas y luego su nombre no estaba en la lista de la empresa que arrienda tractores a pequeños campesinos. Para cuando sea su turno, es probable que las lluvias le impidan trabajar la tierra".

La finca de Sánchez está a las afueras de La Habana y el campesino es uno de los preocupados por "la próxima cosecha mientras en las ciudades sus compatriotas padecen el desabastecimiento y los aumentos de precios", informó AP.

Sánchez es uno de los campesinos que dicen que las 63 medidas aprobadas por el Gobierno en 2021 para "impulsar el sector agropecuario" no son suficientes para darle un empujón a la producción agrícola y se quejan de la falta de insumos como herbicidas, fertilizantes, alambres y herramientas que deben comprar al Estado, que a su vez las importa.

Entre esas medidas están dar "más flexibilidad a los campesinos para que decidan qué sembrar y a quién venderle, al tiempo que mejoraron los precios que el Estado fija por las cosechas". Los campesinos ahora pueden "comercializar sus hortalizas adonde desee e incluso instalar un puesto, algo limitado hasta el año pasado, y se benefician de los descuentos en las facturas de luz y agua.

Sin embargo, Sánchez y su hermano no podrán cumplir con la cosecha en su finca de 26 hectáreas "en la que habitualmente siembran cultivos de ciclo corto como malanga, calabaza, maíz y plátanos y crían ganado menor".

Según AP, "una libra de carne de cerdo que se pagaba el año pasado a 100 pesos cubanos (4,10 dólares al cambio oficial) hoy cuesta 300 (12,50 dólares) y un aguacate de 20 pesos (0,80 dólares) pasó a 60 (2,50 dólares), mientras el salario promedio se ubica en los 4000 pesos (unos 160 dólares)".

"Cuando se lanzaron las 63 medidas, en ese momento fue un logro", dijo Misael Ponce, dueño de una finca de 120 hectáreas dedicada a la ganadería y quien instaló una pequeña industria para fabricar quesos y yogures que vende a los hoteles, algo permitido a partir de ese paquete de iniciativas, reseñó AP.

No obstante, los nuevos ingresos de Ponce "se los comió la inflación. El Estado incrementó por tres el precio de compra de la leche pero el de los insumos creció por ocho. 'Es algo que hay que revisar bastante rápido", dijo el campesino.

Pese a las quejas de quienes están en los campos, las autoridades dijeron a AP que las medidas van por el camino correcto. "Las 63 medidas sí han tenido un impacto favorable", comentó Armando Miralles, director de Organización e Información del Ministerio de la Agricultura.

Según Miralles, "el logro no está en superar los parámetros de 2017 sino en cómo los agricultores fueron capaces de producir pese a la estrechez económica y la migración de fuerza de trabajo del campo a las ciudades".

Por su parte, los expertos dijeron a la agencia estadounidense que "la baja productividad no es consecuencia sólo de la falta de insumos y de mano de obra, como alega Miralles".

"Antes del 90 Cuba tuvo todos los recursos (apoyada por la entonces Unión Soviética) y los resultados fueron malos", recordó Ricardo Torres, economista cubano e investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos de la American University, en Washington.

Para el experto la explicación de esta ineficiencia es más compleja e involucra varios factores, como la forma en que se estableció la propiedad de la tierra –que está en manos del Estado y es dada en usufructo a los campesinos–, la fuerte centralización política y una notable descapitalización de la infraestructura, apuntó AP.

El viceprimer ministro Jorge Luis Tapia dijo en 2021 que de 6,4 millones de hectáreas de tierra agrícola en Cuba 49% está sin cultivar, agregó la citada fuente.

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