Campanadas de libertad y esperanza... el llamado de Sor Nadieska Almeida Miguel
Redacción de CubitaNOW ~ lunes 15 de diciembre de 2025
Nadieska Almeida Miguel, superiora de la congregación Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Estudió en Eugenio María de Hostos y vive en La Habana, ciudad donde ha acompañado de manera cercana los acontecimientos que conmueven al pueblo cubano.
En sus palabras sobre el reciente acontecimiento que involucró el toque de campanas en Cuba por padre mexicano José Ramírez, Nadieska refleja con claridad el valor de la protesta pacífica y la importancia de acompañar al pueblo: “A todos nos ha llegado la noticia de lo que ha implicado tocar unas campanas. Se ha expulsado del país a un hombre de Dios que decidió acompañar a un pueblo que no es el suyo, pero que le caló el corazón haciendo suyos sus sufrimientos y luchas.”
La hermana destaca que la decisión arbitraria de expulsar al sacerdote buscaba silenciar a quienes protestan legítimamente, pero que, como dijo Jesús, “Si ellos callan, gritarán las piedras” (Lc 19, 40).
Sor Nadieska resalta la gratitud hacia el clérigo por su valentía y compromiso: “Espero que su regreso forzado haya dejado dentro de sí algo de satisfacción porque acompañó desde donde estaba y como pudo. Gracias, Padre Pepe, en nombre de aquellos que también deseamos tocar campanas que suenen a libertad, a justicia y esperanza.”
Para Nadieska, el toque de campanas es un símbolo de esperanza y libertad, evocando la histórica campanada de Carlos Manuel de Céspedes y preguntándose si resonarán de nuevo para recordar que estamos llamados a la libertad.
Además, invita a usar los recursos que aún poseen para comunicarse y transmitir fuerza: “Si aun demoran en sonar, tenemos nuestra campanilla, sí, esa que nos fue colocada en la garganta y que aún podemos usar… palabras que articulen los buenos deseos que nos habitan; palabras de esperanza que nos lleven a levantar a quienes viven presos por sus agobios o impotencia.”
Finalmente, Nadieska comparte cómo este acto ha inspirado alegría y fe: “Las campanas que sonaron me han alegrado mucho, porque este pueblo se sintió acompañado, porque con su repique los corazones saltaron de ilusión… nos ha recordado una vez más que Dios no abandona a su pueblo. De pequeños nos enseñaron que la campana es la voz de Dios. Por eso, cuando sientas sonar una campana, detente y recuerda: Dios te ama, no temas, Él está contigo siempre, Dios es siempre más.”