La crisis del sistema de salud cubano vuelve a quedar expuesta en una escena tan absurda como dolorosa: camiones utilizados como ambulancias para trasladar enfermos… y también fallecidos.

El hecho salió nuevamente a la luz gracias a un video compartido por el músico Saúl Manuel desde su perfil de Facebook, donde se observa un camión adaptado o más bien improvisado para realizar funciones que deberían corresponder a un vehículo médico especializado.

El video ha generado una avalancha de reacciones, muchas de ellas cargadas de indignación, tristeza y un profundo sentimiento de vergüenza colectiva.

Entre quienes comentaron se encuentra Liudmila López Bueno, quien lamentó que la ambulancia vista en el video pertenece al municipio de Nuevitas, en Camagüey. “Quizás les dé risa, pero imagínate que tengas que llevar a un familiar tuyo en una silla de ruedas o en una camilla de urgencias… ¿Cómo lo subes? No le veo el chiste”, escribió, denunciando la precariedad absoluta del sistema de emergencias.

Otro usuario, Daniel Vázquez, expuso una realidad aún más alarmante: “Ese camión le quitan el cartel de ambulancia y ahí mismo llevaron para el cementerio a mi tío que se murió hace unos meses”. El testimonio confirma que estos vehículos no solo transportan enfermos, sino que también sirven para mover cuerpos hacia los cementerios, todo bajo la misma estructura improvisada, sin dignidad ni condiciones mínimas.

A esta denuncia se suma Luis Felipe Ramírez, quien asegura que en Granma la situación es igual o peor: “En Granma también hay un camión ambulancia para los enfermos y para los muertos, y es poco para los desastres que se ven en esa provincia”.

Sus palabras reflejan que este fenómeno no es aislado, sino un síntoma de una crisis generalizada que abarca múltiples territorios del país.

El video compartido por Saúl Manuel, y los testimonios que lo acompañan, se han convertido en símbolo del surrealismo trágico que atraviesa Cuba: un país donde la falta de ambulancias obliga a usar camiones de carga para trasladar a quienes luchan por su vida… o ya la han perdido.

No se trata solo de un problema logístico, sino de una profunda herida moral que golpea a una población que siente que ni siquiera en momentos de emergencia existen garantías básicas de atención y respeto.

Las imágenes y los relatos dejan claro que esta realidad no debería normalizarse. Es un grito de alerta sobre el deterioro de un sistema que alguna vez se presentó como “ejemplar”, pero que hoy muestra sus fallas de la manera más cruda posible.

Recomendado para ti