En medio de la crítica situación energética que enfrenta Cuba, con apagones que afectan a millones de ciudadanos diariamente, un nuevo episodio de insensibilidad por parte de miembros de la élite gobernante ha provocado indignación en redes sociales.

Esta vez, el protagonista es Sandro Castro, nieto del dictador Fidel Castro, quien se ha vuelto a ver envuelto en una polémica por sus publicaciones en redes sociales y comentarios en un grupo familiar de WhatsApp.

Según denunció la cuenta informativa independiente La Tijera, Sandro Castro compartió en su estado de WhatsApp una imagen de una cuenta parodia de la Unión Eléctrica de Cuba (UNE) que ironiza sobre los apagones.

La imagen, que circula ampliamente por redes sociales, muestra una frase sarcástica: “Tranquilos, solo quedan 46789116238190 apagones más”.

La publicación fue interpretada como una burla directa al pueblo cubano, que en su mayoría sufre cortes eléctricos de hasta 12 horas diarias.

La cuenta también señala que, mientras la población padece la falta de electricidad y el calor sofocante sin ventilación ni acceso constante al agua, Sandro Castro y su séquito viajaron a Varadero. El motivo del viaje sería la grabación de su próximo “reel” para Instagram, una plataforma donde ha sido recurrentemente criticado por mostrar un estilo de vida ostentoso y alejado de la realidad cubana.

Este hecho ha desatado una nueva ola de críticas, sobre todo porque no es la primera vez que Sandro Castro genera controversia con sus declaraciones o publicaciones.

Ha sido grabado presumiendo vehículos de lujo y acceso privilegiado a bienes y servicios en un país donde la mayoría de los ciudadanos enfrenta escasez.

Mientras tanto, la situación energética en la isla sigue sin mostrar señales de mejoría.

La Unión Eléctrica ha publicado planes de apagones diarios que afectan a prácticamente todas las provincias del país, incluyendo zonas rurales y urbanas.

La burla compartida por Castro ha sido percibida como una muestra del distanciamiento que existe entre los círculos del poder y la ciudadanía común, cada vez más empobrecida y sin respuestas claras del gobierno.

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