A medida que el huracán Melissa se acerca al territorio camagüeyano, los habitantes del reparto Montecarlo enfrentan una situación crítica. El emblemático edificio “18 Plantas”, uno de los más altos de la zona, se encuentra prácticamente indefenso ante el paso del ciclón.

Sus vecinos denuncian que llevan varios días sin suministro de agua y sin energía eléctrica, lo que agrava la vulnerabilidad de los residentes, especialmente de los ancianos y personas con movilidad limitada.

Los tanques del edificio están completamente vacíos y la electricidad llega de manera intermitente, lo que hace imposible llenar los depósitos incluso cuando el acueducto restablece el servicio.

Según los residentes, los periodos de corriente eléctrica son tan cortos que no alcanzan para bombear el agua hasta los pisos superiores. Esto obliga a los vecinos a depender de vecinos más jóvenes o de terceros para trasladar agua a los pisos altos, exponiéndose a riesgos adicionales.

La situación se complica aún más debido a la acumulación de basura en la zona. Los desagües tapados aumentan el riesgo de inundaciones incluso ante aguaceros moderados. Los vecinos advierten que, de caer un poco del agua que traerá el huracán, las casas podrían inundarse rápidamente. Esta combinación de falta de servicios básicos y riesgos naturales coloca a los habitantes en un estado de alerta máxima.

Usuarios de redes sociales han denunciado que la situación en Montecarlo no es un caso aislado. Otros barrios de Camagüey, como Calle Cielo, llevan incluso más tiempo sin acceso al agua, con cortes que superan las dos semanas. Esto evidencia una problemática estructural que se ha intensificado con la proximidad de Melissa.

Frente a este panorama, la preocupación de los vecinos no solo se centra en el paso del huracán, sino en las condiciones precarias que enfrentan cotidianamente. Padres y madres de familia lamentan que sus hijos no merecen vivir en un entorno donde el acceso a servicios esenciales como agua potable y electricidad se vuelva un lujo.

La comunidad hace un llamado urgente a las autoridades para que tomen medidas inmediatas, no solo durante la emergencia meteorológica, sino también para prevenir futuras crisis.

El huracán Melissa no solo pondrá a prueba la resistencia de Camagüey ante los fenómenos naturales, sino también la capacidad del sistema local para garantizar condiciones mínimas de vida a sus habitantes, quienes enfrentan una combinación de riesgo climático y deficiencias en servicios esenciales.

Del perfil de José Luis Tan

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