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Calles de La Habana llenas de merolicos vendiendo cosas viejas, derrumbes, insalubridad: imagen palpable del deterioro de una nación

Redacción de CubitaNOW ~ jueves 16 de enero de 2025

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La Habana, "Ciudad Maravilla", enfrenta una crisis económica que impulsa a vendedores ambulantes a ocupar espacios públicos, ofreciendo objetos viejos como solución a los precios inalcanzables de productos nuevos. Un video compartido en TikTok por el perfil Cuba.Live (@cuba.live2) muestra una escena que se ha vuelto cotidiana en La Habana: portales de calles céntricas convertidos en mercados informales donde se vende de todo, desde electrodomésticos rotos hasta objetos encontrados en la basura.

Estas imágenes reflejan la crisis que atraviesa la Isla, donde la supervivencia diaria obliga a muchos a comerciar cualquier cosa que pueda generar un ingreso. Los vendedores ofrecen artículos que, en su mayoría, carecen de valor funcional para quien los mira por primera vez, pero para algunos representan una solución.

Hay quienes compran cosas viejas para aprovechar piezas de repuesto o porque no tienen otra opción frente a los precios inalcanzables de productos nuevos en buen estado. Entre los objetos más comunes se encuentran teléfonos celulares viejos, cables de computadoras, piezas de electrodomésticos y bienes de todo tipo, que claramente fueron rescatados de la basura o probablemente robados de hogares particulares.

Los celulares y electrodomésticos se venden sin ningún tipo de documento que certifique su procedencia, pero como son viejos, la mayoría de las veces no son interés del régimen saber de dónde salen esas cosas. La ocupación de espacios públicos con vendedores ambulantes fue inicialmente una medida controvertida, pero las autoridades hicieron caso omiso a las críticas de urbanistas y ciudadanos.

En la actualidad, esta práctica no solo afea las calles de la capital cubana, ya deterioradas por escombros y basura acumulada, sino que también complica el tránsito peatonal. Las aceras, repletas de suciedad y mercancías desordenadas, se han convertido en un reflejo de la decadencia urbana de La Habana.

Para muchos, estas escenas representan la falta de soluciones reales por parte del gobierno, que permite esta actividad como un parche más frente a la pobreza y la crisis económica que azotan al país. Mientras tanto, la vida en las calles habaneras sigue siendo una mezcla de miseria, ingenio y supervivencia.

En resumen que de aquella "ciudad maravilla" no queda nada y hay que cuidarse de por donde se camina porque en cualquier esquina se derrumba un balcón o puede caerse en un hueco de la acera o ser empapado por un auto que caiga en un bache lleno de agua.



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