Tres presuntos matarifes que se dedicaban al robo y sacrificio ilegal de animales fueron detenidos en el municipio de Guanabacoa, en La Habana, tras una operación conjunta entre fuerzas del Ministerio del Interior y brigadas de campesinos de la zona. La información fue divulgada por el perfil oficialista El Cubano Fiel.

Según el reporte, los delincuentes habían cometido varios robos en la región, provocando una creciente preocupación entre los ganaderos, quienes decidieron organizarse para apoyar la labor policial. La gota que colmó el vaso ocurrió el 26 de noviembre, cuando fueron sustraídas cinco yeguas paridas y una burra de la finca Vista Hermosa, ubicada en Bacuranao.

Tras la denuncia de los propietarios, las autoridades iniciaron una investigación con el apoyo directo de las brigadas de campesinos. Esa cooperación resultó clave para rastrear los movimientos de los sospechosos y ubicarlos finalmente en una vivienda del reparto Habana Nueva, donde fueron sorprendidos en el momento exacto en que sacrificaban la burra robada.

Los tres individuos fueron arrestados de inmediato y uno de los animales sustraídos pudo ser rescatado con vida. No obstante, aún se desconoce el paradero de las otras yeguas, por lo que las autoridades continúan las investigaciones con el propósito de recuperarlas y determinar si hay más implicados en la red delictiva.

El operativo responde al incremento de denuncias por parte de campesinos y ganaderos, un sector especialmente golpeado por el auge del robo y sacrificio clandestino de ganado, delitos que afectan la producción agropecuaria y provocan pérdidas económicas considerables. Aunque este tipo de casos no es nuevo, productores locales han insistido repetidamente en que la situación se ha agravado debido a la crisis económica, la escasez de vigilancia y la impunidad con que operan algunas bandas dedicadas al hurto rural.

La captura de los presuntos matarifes ha sido presentada por las autoridades y medios afines como un ejemplo de “trabajo conjunto” entre la comunidad campesina y las instituciones del Estado. Sin embargo, varios productores han señalado en ocasiones anteriores que estas acciones llegan después de múltiples denuncias que no siempre reciben una respuesta rápida, lo que facilita que los delincuentes actúen durante largo tiempo antes de ser detenidos.

Mientras tanto, el sector agropecuario continúa enfrentando grandes dificultades para proteger su producción ante la escasez de recursos, la crisis del transporte y la falta de herramientas efectivas para garantizar la seguridad en zonas rurales. La detención de esta banda ofrece un respiro para los campesinos de Guanabacoa, pero también revela la magnitud del problema y la necesidad de medidas más contundentes y sistemáticas para enfrentar el auge del hurto y sacrificio ilegal de ganado en Cuba.

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