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¿Y nadie va a explicar?”: El grito de un país que se cae a oscuras. Ana Teresa Badia

Redacción de CubitaNOW ~ lunes 8 de septiembre de 2025

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“¿Y nadie va a explicar por qué no se cumplió la promesa?” fue la pregunta lanzada en redes por la periodista oficialista Ana Teresa Badía, frase que, sin proponérselo, se convirtió en un reflejo del sentir colectivo de millones de cubanos que atravesaron otro verano entre apagones interminables y un silencio gubernamental cada vez más indignante.

En mayo de 2025, el viceministro primero de Energía y Minas aseguró que los cortes eléctricos no superarían las cuatro horas diarias por cliente. La promesa, difundida ampliamente por medios estatales, generó un espejismo de esperanza entre la población, harta del colapso energético. Pero la realidad fue distinta: apenas días después, las propias autoridades comenzaron a matizar sus declaraciones, reconociendo que el sistema eléctrico no tenía cómo cumplir ese compromiso.

Mientras en La Habana los apagones son frecuentes, en provincias como Holguín o Cienfuegos los cortes han superado las 30 horas, empujando a miles de familias a cocinar con carbón o leña en pleno siglo XXI.

La termoeléctrica "Lidio Ramón Pérez", Felton, colapsó nuevamente, agravando aún más la crisis. La generación diaria apenas roza los 1,800 MW, frente a una demanda que supera los 3,400, según datos oficiales. La diferencia la paga la población con calor, insomnio, alimentos echados a perder y una calidad de vida al borde del colapso.

La respuesta de las autoridades ha sido tan predecible como ineficaz: culpar a factores externos, prometer planes graduales y asegurar mejoras futuras sin fechas concretas ni responsables visibles.

El ministro del sector, Vicente de la O Levy, reconoció el incumplimiento, pero lo justificó con la falta de combustible, los altos precios internacionales y “problemas técnicos”. Sin embargo, no hubo disculpas, ni explicaciones detalladas, ni mucho menos consecuencias políticas.

La indignación se multiplica en redes sociales, donde incluso periodistas alineados con el oficialismo rompen el silencio. Badía, en otro post reciente, criticó la acumulación de basura en la capital y señaló la “indolencia institucional” como causa de la decadencia cotidiana.

La confianza ciudadana en el gobierno se ha erosionado hasta casi desaparecer. Como escribió una reportera desde Camagüey: “Hace rato que se perdió todo: credibilidad, confianza y vergüenza”.

La pregunta de Badía, lejos de ser retórica, encierra una verdad incómoda: en Cuba, prometer lo imposible es rutina, pero rendir cuentas sigue siendo un acto pendiente. Mientras tanto, el pueblo sigue a oscuras, literalmente y en todos los sentidos.


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