Amanece otra vez en Bayamo, provincia de Granma, y lo hace bajo un escenario que parece no tener fin: calles a oscuras, tanques vacíos, y un pueblo que sobrevive sin agua, sin electricidad y con muy poca comida.

Desde el paso del último huracán, la ciudad permanece prácticamente colapsada, sin que las autoridades ofrezcan soluciones efectivas ni asistencia real a la población.

Las denuncias en redes sociales no cesan. El perfil La Tijera compartió un mensaje que refleja el sentir de muchos bayameses: “Amanece una vez más en Bayamo, provincia de Granma, bajo la sombra del abandono y la miseria. Sin agua potable, sin electricidad, sin alimentos… y, lo más doloroso, sin esperanza de un futuro mejor.”

La publicación ha generado una oleada de reacciones de usuarios que aseguran vivir la misma realidad en otras localidades de la región oriental del país.

Desde el paso del huracán, los cortes de electricidad son constantes, el acceso al agua potable es casi inexistente y los precios de los alimentos se han disparado.

Familias enteras sobreviven gracias a la solidaridad entre vecinos, mientras las promesas del régimen quedan en palabras vacías. Los ancianos hacen colas interminables para intentar llenar un cubo de agua, los niños se bañan con lo poco que logran recoger de la lluvia, y los enfermos esperan días para que llegue la corriente que permita encender un ventilador o conservar los medicamentos.

“Cuba no necesita discursos políticos de la dictadura, necesita soluciones reales”, concluye la publicación.

Es un reclamo que resume el hartazgo de un pueblo que lleva más de seis décadas resistiendo lo insoportable. Hoy Bayamo despierta otra vez sin luz, sin agua y sin futuro, mientras el régimen sigue celebrando falsos triunfos desde la distancia del poder.

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