En el pequeño poblado de Aguacate, en Palma Soriano, Santiago de Cuba, se produjo un trágico asesinato en marzo de 2024. Jorge Luis Heredia Cala, conocido como Jorgito, fue asesinado a los 50 años cuando atravesaba un callejón de la localidad, cerca de las 8 de la noche. Yacel Segura, alias Tatico, un vecino de la zona, confesó ser el autor del crimen, pero alegó que fue un accidente mientras intentaba lanzarle una piedra a una lechuza. A pesar de que el cuerpo de Jorgito presentaba múltiples lesiones, Tatico solo cumplió cinco meses de prisión provisional.

Según las fuentes cercanas, Jorgito había descubierto una plantación de marihuana en el monte y, al comentarlo, pidió una compensación para no denunciarlo. Esto, según se cree, motivó su asesinato. Tatico, amigo de toda la vida de Jorgito, no actuó solo. Se sospecha que estuvo acompañado por otra persona conocida como "Hombre".

A pesar de las evidencias y testimonios que apuntan a un asesinato premeditado, las autoridades no han tomado medidas firmes. Julián, el jefe de sector de Aguacate, confirmó haber solicitado refuerzos para desmantelar la plantación de marihuana, pero no recibió apoyo. Aunque Julián arrancó la confesión de Tatico, no pudo desmantelar el campo ni hacer que los jueces desconfiaran de la versión del accidente.

El entorno de la víctima y los habitantes del pueblo creen que Tatico ha sido protegido debido a sus conexiones familiares y posibles sobornos. Se comenta que su suegro, Julio A. Cuevas Pacheco, un influyente terrateniente de la zona, podría haber pagado para asegurar su libertad.

A pesar de la gravedad del crimen y las evidencias, la comunidad permanece en silencio, probablemente por temor a represalias o sobornos. Jorgito está muerto, Tatico está libre, y el caso sigue siendo un reflejo de la inseguridad y la corrupción que aquejan a la región.

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