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'El olvido de los ancianos: la realidad de la vejez en la Cuba de hoy'

Redacción de CubitaNOW ~ martes 18 de febrero de 2025

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El estado de la vejez en Cuba se ha convertido en uno de los problemas más graves y desatendidos dentro de la sociedad actual. Las personas mayores, que durante décadas fueron considerados los pilares de la revolución, ahora se encuentran en una situación desesperante, olvidados por un gobierno que parece haber perdido su compromiso con ellos. La falta de políticas públicas eficaces para garantizar el bienestar de los jubilados refleja una profunda desconexión entre las autoridades y la realidad que enfrentan estos ciudadanos.

Una de las principales dificultades que experimentan los ancianos cubanos es la insuficiencia de sus pensiones. La mayoría de los jubilados reciben pensiones que no superan los 1,500 pesos cubanos, una cantidad completamente insuficiente para cubrir las necesidades básicas de una persona. El elevado costo de los alimentos, medicamentos y otros servicios ha hecho que la vida de los ancianos sea cada vez más precaria. Muchos se ven obligados a elegir entre comprar comida o pagar por los servicios médicos que, en ocasiones, resultan ser fundamentales para su supervivencia.

Lo más lamentable es que, mientras los jubilados sufren esta difícil situación, los gobernantes continúan viviendo en un mundo de privilegios, distantes de las realidades que enfrentan los cubanos comunes. Las políticas gubernamentales no se corresponden con las necesidades de la población, y los gobernantes parecen haber olvidado que son responsables de asegurar el bienestar de todos los ciudadanos, incluidos los más vulnerables.

El precio de los alimentos, que se ha disparado en los últimos años, y los elevados costos de los servicios básicos como electricidad, agua y gas, hacen que los ancianos no puedan satisfacer sus necesidades más elementales. La falta de apoyo por parte de los familiares que han emigrado al exterior agrava aún más esta situación, dejando a los ancianos en una soledad y vulnerabilidad extremas.

El gobierno ha implementado programas de ayuda que, en teoría, buscan aliviar esta situación, pero los resultados han sido insuficientes y las ayudas no llegan de manera equitativa. Muchos jubilados han expresado su frustración por la falta de recursos y la falta de respuestas concretas por parte de las autoridades.

La realidad es que, a pesar de las constantes exhortaciones al sacrificio y la entrega que los líderes del gobierno emiten en la televisión, hay una desconexión evidente entre lo que se predica y lo que se practica. Los gobernantes viven en un mundo lleno de privilegios, ajenos a las dificultades de la mayoría de la población. En este contexto, es común escuchar frases como “el hambre nuestra no es el hambre de ustedes”, pues la desconexión con la realidad de los cubanos más necesitados es patente. Muchos ciudadanos sienten que han sido abandonados por el mismo sistema que los había llamado a construir una patria socialista.

Como expresa el escritor Cesario Navas, "Esta no es la patria que soñó José Julián Martí Pérez".

La situación actual de la vejez en Cuba refleja la desatención, el desdén y la falta de empatía de un gobierno que, en lugar de cuidar a quienes dieron todo por la revolución, los ha dejado en una lucha diaria por sobrevivir.


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