El recién electo Papa León XIV, anteriormente conocido como Fr. Robert Francis Prevost, OSA, no es un desconocido para Cuba. En el año 2008, cuando ocupaba el cargo de Prior General de la Orden de San Agustín, visitó la Isla y dejó una profunda huella en quienes lo conocieron.

Uno de los momentos más memorables de esa visita ocurrió en Chambas, Ciego de Ávila, donde compartió de manera cercana con los fieles de la parroquia local y fue recibido cálidamente en la casa de Dalia y Celita, una familia cubana que lo acogió con hospitalidad.

En las fotos difundidas por el catedrático Milkos de Sosa, se puede ver a un entonces padre Prevost sonriente y cercano, comiendo con sencillez en la humilde mesa de una casa cubana, lo que ya mostraba su carácter pastoral y accesible.

Prevost, nacido en Chicago (EE.UU.) en 1955, fue ordenado sacerdote agustino en 1982. Con una sólida formación teológica y una trayectoria misionera, trabajó varios años en Perú, donde fue obispo de Chiclayo antes de ser llamado al Vaticano como prefecto del Dicasterio para los Obispos, uno de los cargos más influyentes de la Curia Romana.

Su elección como Papa León XIV marca una continuidad pastoral enfocada en la cercanía con las periferias y el acompañamiento de las comunidades.

Que haya visitado Cuba antes de llegar al papado es un detalle significativo: no solo conoció la realidad de la Iglesia cubana, sino que compartió directamente con su gente, en particular con comunidades alejadas como la de Chambas.

Su sencillez, su experiencia latinoamericana y su sensibilidad pastoral auguran una atención especial a los pueblos que viven bajo contextos difíciles, como el cubano.

La anécdota de su almuerzo en una casa avileña hoy toma otra dimensión: el hombre que se sentó en una mesa modesta en Chambas, ahora se sienta en la Silla de Pedro.

Cuba ya lo conoció como sacerdote. El mundo ahora lo conoce como Papa León XIV.

Recomendado para ti