Tania Díaz Castro, pionera del periodismo independiente cubano, vive sola con sus mascotas en el reparto El Roble, de Santa Fe, en La Habana.

Desde hace varias semanas el proyecto Casa Palanca recauda fondos para ayudar a Tania. "Segunda ronda, quedan 10 días", se puede leer en la campaña para la periodista.

"Hace años, las periodistas independientes en #Cuba éramos muy pocas. Ahora somos más gracias a mujeres como Tania Díaz Castro. Apóyala en nuestro crowdfunding para que tenga una vejez digna.Estamos muy cerca de nuestro objetivo", explican.

"Una sensación compartida. Ojalá logremos acompañarla, como nos acompañó a las más grandes de aquí. Ojalá impacte también en nuestras vejeces cubanas y todxs, en las que podamos vivir con dignidad. Por ella y por nosotrxs que #vamospaallá comparte, aporta, pero haz algo…", comentó la periodista Marta María Ramírez.

De acuerdo con Casa Palanca, un proyecto concebido para apoyar “al periodismo independiente cubano, a las mujeres periodistas, y a la lucha por sus derechos laborales”, tras más de dos décadas dedicadas al periodismo independiente, Tania no tiene cómo subsistir económicamente por ella misma. 

“Disentir en Cuba, oponerse a Fidel Castro y ejercer como cronista fuera de la propaganda oficial la condenaron a no disponer siquiera de una precaria pensión”, recoge un reporte de Cubanet que habla sobre el trabajo de Tania como guionista, escritora y periodista, quien “enfrenta a una jubilación sin recursos en una Cuba cada día más costosa”.

En 1987 Tania comenzó -junto a un grupo pequeño- a enviar mensajes a las embajadas en Cuba detallando las violaciones a los Derechos Humanos perpetradas por el gobierno comunista. Estos materiales eran posteriormente publicados en el extranjero, con el fin de dar a conocer la situación.

Un año después este mismo grupo, conocido como el Comité Cubano Pro Derechos Humanos, presentó testimonios ante una Comisión enviada por la ONU a Cuba para investigar el cumplimiento de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Tania Díaz Castro asumió la responsabilidad de explicar por qué en Cuba no existía libertad de expresión ni de prensa. El enfrentamiento directo con el régimen la llevó a la cácel.

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