El equipo de béisbol de Santiago de Cuba atraviesa un momento de fuerte polémica y cuestionamientos tras los recientes acontecimientos en la 64 Serie Nacional. Todo comenzó con un error administrativo que generó la pérdida de un juego ante Sancti Spíritus, un hecho que ha encendido la indignación de la afición indómita y ha puesto bajo la lupa la dirección del conjunto. Según los reportes de nuestros colaboradores en Santiago de Cuba, el error consistió en que el director Eddy Cajigal permitió que un jugador no habilitado participara en el encuentro, provocando que el juego fuera confiscado.

Aunque algunos han intentado minimizar el incidente calificándolo de “descuido”, la realidad es que no es la primera vez que bajo su mando ocurren fallos de esta naturaleza. Para muchos fanáticos y especialistas, este tipo de situaciones no solo comprometen los resultados deportivos, sino también la imagen de un equipo con una tradición ganadora y el respeto de su afición.

A pesar de la polémica, Cajigal mantiene un respeto considerable entre quienes reconocen sus logros como directivo. Sin embargo, la afición no olvida que, durante su etapa como jugador, pasó largos periodos en el banco debido a la presencia de figuras destacadas en la llamada “Aplanadora Santiaguera”.

Tal como comentó el comunicador Yosmany Mayeta Labrada con ironía, “Estuvo impropiamente anclado al banquillo”, una frase que hoy resuena con fuerza al evaluar su desempeño actual. Este trasfondo ha alimentado el debate sobre si sus decisiones al frente del equipo son las más adecuadas, y si la experiencia como jugador puede traducirse en efectividad en la dirección.

Fuentes cercanas al conjunto aseguran que el cuerpo técnico está bajo evaluación y que el futuro del manager podría definirse en los próximos días. La afición, mientras tanto, mantiene una postura clara y firme: quiere responsabilidad, orden y cambios concretos que garanticen la seriedad del equipo.

No existe todavía un comunicado oficial del club, pero el clamor de los seguidores santiagueros se ha hecho sentir en redes sociales y medios locales, donde expresan su descontento y exigen que las autoridades del béisbol tomen decisiones firmes.

El episodio no solo ha generado debate sobre la administración de los juegos, sino también sobre la forma en que se maneja la disciplina y la estrategia dentro del equipo. Para la afición, cada error cuenta y la paciencia tiene límites; esperan que los próximos días traigan claridad sobre el futuro del director y su cuerpo técnico, mientras el conjunto busca recuperar la confianza de quienes históricamente lo han apoyado incondicionalmente.

La crisis de las Avispas de Santiago de Cuba sigue en desarrollo y todos los ojos estarán puestos en cómo se resolverá esta situación que mantiene al béisbol santiaguero en vilo.

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