El cuerpo sin vida de Celina García Álvarez, quien sufría de demencia senil y diabetes y había desaparecido, fue encontrado según informaron familiares sin detallar el lugar donde fueron hallados los restos.

Las condiciones de la muerte de la anciana no fueron detalladas por la familia. Según lo informado "lamentablemente ya encontramos a Celina fallecida. Damos gracias a todas esas personas que compartieron la publicación, son una gran familia, una gran hermandad, gracias amigos míos de corazón”, compartió la internauta Irelis Rodríguez en su perfil de Facebook.

Celina, quien residía en Santa Fe, La Habana, fue vista por última vez vestida con una bata de casa con dibujos en color naranja y un par de chancletas azules.

La anciana salió de la casa sin llevar consigo sus medicamentos para la diabetes, lo que incrementó la preocupación de sus familiares, quienes estaban desesperados por recibir cualquier información sobre su localización. El agravamiento de su enfermedad durante el tiempo que estuvo fuera de casa, puede ser una de las probables causas de su muerte.

Esta semana también se solicitó ayuda en redes sociales para localizar a un anciano desaparecido en La Habana desde el pasado domingo. La familia busca cualquier información que lleve al paradero de Miguel Ángel Sánchez Cepero, a quien llaman “Cachito”. En Cuba, no se ha encontrado información pública sobre la existencia de un protocolo o sistema especial para el control y la investigación de las desapariciones. Los testimonios de familiares de personas desaparecidas en el país indican que las autoridades cubanas manejan los casos de espalda a los interesados.

Algunos familiares atestiguan que la investigación del paradero de sus parientes desaparecidos no es guiada por un cuerpo especial del Minint, sino por la sección de búsqueda y captura de ese organismo. Esa sección también se encarga de encontrar y presentar a los prófugos ante la justicia.

Varias son las denuncias de familiares y allegados que cuentan han estado por espacio de meses sin recibir instrucciones o reportes de las autoridades policiales. Esto demuestra, cuando menos, la existencia de un mecanismo imperfecto para tratar e investigar las desapariciones.

Ante estas imperfecciones, los recursos legales de familias y amistades de personas desaparecidas son limitados. Más allá de recursos de queja ante el organismo encargado de guiar la investigación ya sea el Minint o la Fiscalía, no existen otras herramientas para lograr que las instituciones impulsen acciones en pos de encontrar a sus seres queridos. Tampoco tienen cómo oponerse al archivo de las investigaciones o la suspensión de las acciones de búsqueda.

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