Aumentan los casos de familias que demuestran el colapso funerario en Cuba
Redacción de CubitaNOW ~ lunes 24 de noviembre de 2025
La crisis cubana se refleja en múltiples ámbitos, pero pocas situaciones resultan tan desgarradoras como cuando alcanza el momento de despedir a un ser querido. Eso fue lo que vivió la familia de Miguel Santana, un anciano camagüeyano de 70 años, cuyo cuerpo permaneció durante horas en la morgue del hospital Amalia Simoni sin ser preparado ni trasladado, debido al colapso del sistema funerario en la provincia.
Según denunciaron sus familiares, Santana falleció en la madrugada del sábado y desde las cinco de la mañana su cuerpo quedó a la espera de un servicio fúnebre que nunca llegó. La explicación fue tan simple como dolorosa: en toda la ciudad de Camagüey había solo un carro fúnebre disponible para cubrir todos los servicios del día. “No hay transporte”, fue la respuesta oficial, una frase que se ha convertido en justificación recurrente para demoras y maltrato institucional.
El periodista José Luis Tan Estrada alertó que el cuerpo permanecía sin preparar y comenzaba a desprender mal olor, reflejo del deterioro de los servicios funerarios en la provincia. Las familias, además de cargar con el duelo, deben enfrentar la incertidumbre de no saber cuándo podrán velar y sepultar a sus seres queridos, en medio de morgues saturadas y condiciones indignas.
La situación no es exclusiva de Camagüey. En Santiago de Cuba, familiares denunciaron que al menos 13 fallecidos permanecieron sin ser enterrados en el Hospital Provincial Saturnino Lora, debido a la falta de ataúdes, transporte y organización. El periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada subrayó que el problema se arrastra desde antes del huracán Melissa y que, incluso después del evento, los cuerpos seguían acumulándose sin atención: “No hay respuestas, no hay organización, no hay respeto al dolor humano”, afirmó.
La familia de Miguel Santana insiste en que su caso es parte de un problema estructural: la carencia crónica de transporte fúnebre, recursos para preparar los cuerpos y personal suficiente. Para ellos, lo más doloroso no fue solo perderlo, sino sentir que su último adiós quedó marcado por el abandono.
El panorama confirma que la crisis en Cuba alcanza incluso los momentos más sensibles, cuando la sociedad debería mostrar compasión y humanidad. Hoy, para muchas familias, morir en la isla significa enfrentar un capítulo más de indignidad y desamparo.