Imágenes recientes compartidas en Facebook muestran el deterioro alarmante de El Vedado, uno de los barrios más representativos y céntricos de La Habana. Lo que antes fue un símbolo de modernidad, hoy es retrato del abandono. Montañas de basura se acumulan en cada esquina, en plena zona hotelera, con contenedores rebosados y calles convertidas en vertederos a cielo abierto. Los residentes, agobiados por el hedor, los mosquitos y las ratas, se sienten atrapados entre la desidia y el olvido institucional.

Vecinos como Marta, una jubilada de 74 años, denuncian a viva voz: “Aquí no pasa el camión hace más de una semana. Uno se enferma con solo abrir la ventana”. Otra residente señala con resignación cómo la basura permanece más de diez días sin recogerse, mientras niños caminan a la escuela esquivando restos de comida, muebles rotos y animales muertos. “En plena zona turística, parece que ya no hay vergüenza ni autoridad”, comenta.

“La Habana se cae a pedazos y nadie del gobierno da la cara. Solo están cuando hay protestas o cuando viene algún funcionario extranjero. Para limpiar, nunca”, afirma un joven que trabaja en un restaurante cercano al Hotel Nacional. El problema no es exclusivo de El Vedado porque Marianao, Centro Habana, Cerro, San Miguel del Padrón y 10 de Octubre presentan el mismo panorama: abandono, suciedad y silencio por parte de las autoridades.

Los ejemplos abundan. En Tulipán, los vecinos formaron brigadas improvisadas para intentar controlar los cúmulos de desechos. En la esquina de 23 y 12, turistas toman fotos de montañas de basura que compiten en tamaño con los carteles del "turismo sostenible". En Infanta, una anciana cayó por esquivar un contenedor desbordado. Y mientras tanto, los medios oficiales siguen hablando de logros medioambientales sin mostrar una sola imagen real de las calles.

“En Cuba, el pueblo recoge lo que el sistema tira: la basura y la dignidad”, escribió un internauta indignado. La pregunta que recorre las redes no es solo dónde están los camiones de recogida, sino dónde están los funcionarios que deberían dar soluciones. ¿Dónde está el gobierno local? ¿El Ministerio de Salud Pública? ¿El Partido Comunista?

La respuesta está en el ruido de las moscas, el silencio de las instituciones y el hedor que flota sobre un país en colapso.

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