El chícharo fue un alimento muy conocido durante el llamado Período Especial de la década de los 90 y, en la actual crisis en Cuba, promover el cultivo de ese grano y de otros como el garbanzo parece una solución a considerar por el régimen.

Un artículo en el portal gubernamental de Villa Clara señala que desde hace varios años hay campesinos que siembran chícharo, garbanzo y trigo, pero no es una práctica generalizada. “Y los granos sobresalen entre los productos agrícolas por su valor nutricional y posibilidades de almacenaje”, dice.

“Digamos que el cultivo líder nuestro ha sido durante muchos años el cultivo del sorgo para la alimentación animal y humana, con el cual se puede elaborar un grupo de alimentos para las personas que padecen la enfermedad celíaca y como extensores cárnicos”, explicó Víctor Daniel Gil, director del Centro de Investigaciones Agropecuarias (CIAP).

“También estamos trabajando con mucha fortaleza el garbanzo, un cultivo muy resiliente al igual que el sorgo, variedades que registramos recientemente en el Registro Nacional de Variedades, que en Villa Clara están bastante extendidas y en otras provincias también están en proceso de extensión porque tienen algunas cualidades mejoradas”, comentó.

Por otra parte, el directivo destacó las facilidades que el garbanzo ofrece en materia de cosecha. “Nosotros quisiéramos que creciera mucho y rápido porque el garbanzo es un cultivo muy barato, lleva pocos productos químicos para asegurar su protección fitosanitaria, requiere muy poca humedad, los rendimientos en las condiciones nuestras son bastante buenos porque se pueden obtener entre 2 y 2,5 toneladas por hectárea”, dijo.

Se refirió al garbanzo como “un cultivo muy resiliente al igual que el sorgo”, aunque reconoció que en la extensión de la cosecha había un contratiempo mayor, que era la brevedad de la época de siembra, desde finales de octubre hasta mediados de diciembre. En esa etapa, había que tener en cuenta además los factores incidentes del clima, como los frentes fríos y los ciclones.

“Estamos trabajando con algunos derivados de él como la harina de garbanzo que se puede usar en panadería y como extensores cárnicos, se pueden hacer combinaciones con sorgo, con chícharo y con trigo que también lo estamos trabajando. Con todo esto se puede hacer una buena cantidad de combinaciones tanto para repostería, como para panadería y extensores cárnicos”, aseguró.

“En el caso del chícharo que también contamos con variedades cubanas, es un cultivo muy barato en el sentido que lleva menos riego que el frijol, es menos complicado desde el punto de vista fitosanitario, se puede usar para harinas y se extendemos su siembra podemos dejar de importar tanto chícharo también”, agregó.

La propuesta llega en un período de marcada escasez de alimentos, donde ni siquiera están disponibles los condimentos para cocinar un plato de garbanzos, que habitualmente se prepara con una serie de productos cárnicos. Sin embargo, el gobierno sigue promocionando alternativas y prácticas con el fin de mitigar las rotundas carencias en un país que ni siquiera es capaz hoy de satisfacer la demanda nacional de azúcar, una cosecha en la que históricamente tuvo resultados prominentes en la región. 

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