En el 20.º Festival de Cine de Roma, Angelina Jolie volvió a robar miradas con una aparición que combinó elegancia, sencillez y poder simbólico. La actriz y directora presentó su nueva película “Couture” enfundada en un vestido negro de Alberta Ferretti, una pieza de corte sobrio por delante pero con una espalda abierta que dejó al descubierto los tatuajes más emblemáticos de su cuerpo, convertidos ya en parte inseparable de su identidad.

El escote en forma de lágrima realzaba su figura, pero lo que más llamó la atención fue la historia que contaba su piel. Desde hace dos décadas, Jolie ha plasmado sobre ella símbolos de espiritualidad, maternidad y compromiso personal. Uno de los más conocidos es la oración budista que lleva grabada en la parte superior de la espalda, escrita en honor a su hijo Maddox y en agradecimiento al pueblo camboyano. Justo debajo se encuentra un tigre de Bengala, tatuado en 2004 en Camboya, símbolo de fuerza y protección, que conmemora su ciudadanía en ese país.

Otros diseños evocan su visión del mundo y su conexión con la naturaleza: representaciones de los cuatro elementos —tierra, agua, aire y fuego—, coordenadas geográficas que marcan los lugares de nacimiento de sus hijos, y la frase “Know your rights” (“Conoce tus derechos”), inspirada en la banda británica The Clash, que refleja su lucha constante por la justicia y la libertad.

No es la primera vez que la actriz convierte una alfombra roja en un manifiesto visual. En Venecia 2024, lució un vestido verde esmeralda que dejaba ver un nuevo tatuaje en el pecho con la figura de un pájaro, símbolo de renacimiento y liberación. Con cada aparición, Jolie reafirma que la moda no es solo estética, sino una forma de expresión emocional y política.

Más allá de los focos, sus tatuajes narran una vida de viajes, adopciones, pérdidas y transformaciones. Cada línea y cada símbolo forman un mapa íntimo de su evolución como mujer, artista y activista. Con su estilo inconfundible, Angelina Jolie demuestra una vez más que la verdadera belleza está en atreverse a contar la propia historia, incluso cuando se escribe sobre la piel.

Fuente: msn

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