La patana turca Suheyla Sultan, uno de los principales generadores flotantes que abastece el Sistema Eléctrico Nacional de Cuba con 400 MW, está a punto de abandonar la bahía de La Habana.

La retirada ocurre en un momento crítico, en plena temporada de altas temperaturas, cuando la demanda energética alcanza sus picos más altos. Según reporta el portal independiente 14ymedio, la embarcación de gran calado OK, con bandera de Liberia, llegó a puerto cubano para remolcar a la patana, probablemente rumbo a Ecuador, país que sí dispone de recursos para pagar estos servicios de emergencia.

El viceministro primero del Ministerio de Energía y Minas, Argelio Jesús Abad Vigoa, reconoció públicamente la posibilidad del retiro, citando las “dificultades para honrar compromisos monetarios” como el principal obstáculo. Esto confirma que el gobierno cubano no puede seguir financiando el costoso arrendamiento de estas plantas flotantes operadas por la empresa turca Karpowership. En años anteriores, hasta ocho patanas llegaron a operar simultáneamente en Cuba, pero su mantenimiento y operación suponen un gasto insostenible para la economía nacional, severamente afectada por décadas de crisis estructural.

El retiro de la Suheyla Sultan representa un nuevo golpe a un sistema energético ya colapsado, donde los apagones prolongados son parte del día a día para millones de cubanos. Según cifras oficiales, el déficit energético anunciado recientemente es de 1.495 MW, pero la realidad sobrepasa esa cifra con creces. La falta de inversión en infraestructuras energéticas, especialmente la ausencia de nuevas centrales termoeléctricas en más de 40 años, ha llevado al país a una dependencia crónica de soluciones temporales y extranjeras.

Cuba enfrenta una salida progresiva de generadores turcos El elevado coste operativo y la falta de divisas limitan la viabilidad de mantener las patanas

El OK, un buque especializado en transporte de estructuras flotantes, partió de Turquía el 10 de abril y, tras hacer escala en República Dominicana y en la isla holandesa de San Eustaquio, llegó a La Habana escoltado por personal del puerto. La inminente salida de la Suheyla Sultan no sería un hecho aislado: se sospecha que la patana Erol Bay también podría ser retirada próximamente.

Cada día de operación de una patana le cuesta al Estado cubano unos 172.800 dólares, sin contar el combustible y los insumos que deben cumplir exigentes estándares técnicos impuestos por Karpowership.

Esta situación revela un sistema energético inviable, en el que se mantiene una fachada de generación a costa de comprometer aún más las ya frágiles finanzas del país.

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