Cada vez que parte un grande deja tras de sí una estela de dolor y admiración. Esta vez no ha sido diferente. Mucho se ha escrito ya de este excelente lanzador que a su condición de excepcional zurdo unió siempre un carácter jovial, comunicativo, humilde que te hacía sentirlo cercano. Muy fácil de entrevistar era el matancero, siempre poniendo primero al equipo que a su desempeño individual por muy importante que haya sido su roll en el desafío.

Amplia ha sido la repercusión de su fallecimiento, el cual muchos habían anticipado. Sí, porque Jorge Luis murió en un abandono que daba pena. Es cierto que su enfermedad, el alcoholismo, fue tratada. En ese sentido, quizás lo ayudaron pero...¡jamás! le dieron al Tati Valdés la atención y el apoyo que requería un deportista de su talla.

No era extraño verlo tirado en una acera, con hambre, con ojos vidriosos y tristes, mal vestido, sucio. ¡Esa es la verdad! Ahora, muchas palabras bonitas por parte de dirigentes que nunca hicieron nada, que nunca tendieron su mano para rescatarlo de su enfermedad, de su vicio.

Considerado por muchos el mejor de los pitchers zurdos del béisbol cubano, Valdés fallece el 28 de enero de 2025, a escasos días de su cumpleaños 64. 

En 20 Series Nacionales acumuló 234 victorias, 46 lechadas y mil 982 ponches con un pcl de 3.13. 

Debutó en Series Nacionales en 1977 con el equipo Citricultores para después integrar Henequeneros, equipo con el se coronó campeón nacional en 1990 y 1991, líder en victorias en ambas temporadas con 19 triunfos. 

Es uno de los pitchers cubanos en lanzar un juego de cero hit cero carrera, hecho que se materializó el 31 de enero de 1984, contra Villa Clara, elenco en ese entonces plagado de excelentes bateadores como Víctor Mesa y Pedro Jova.

Internacionalmente, el zurdo yumurino representó al Verde Caimán en los Juegos Olímpicos de Barcelona (oro), cuatro Campeonatos Mundiales, cinco Copas Intercontinentales y tres Juegos Panamericanos. En los Panamericanos de La Habana 1991, firmó otro no hitter contra Canadá y una lechada a Estados Unidos.

Tati Valdés siempre fue accesible para la prensa; precisamente, en una de sus entrevistas habló de sus principales adversarios al bate, reconoció que enfrentar a Industriales "era especial" y que "en mis tiempos conocíamos bien a cada bateador y sabíamos cómo lanzarles”.

Se nos fue un grande entre los grandes del montículo que nunca debió ser olvidado por aquellos que pudieron ayudarlo. Como Jorge Luis Valdés han partido otros, el más reciente el gran voleibolista Abel Sarmiento. Y es que en Cuba, y más en el deporte, mientras puedan utilizarte, mientras les seas útil, vales; cuando dejas de ser útil...¡te sepulta el olvido!

¡Descansa en paz Tati, descansa en paz Zurdo de Oro!

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