La activista cubana y curadora de arte Anamely Ramos, a quien el gobierno cubano le negara regresar a su país en un vuelo desde Miami, a través de la compañía American Airlines, dijo este sábado que no desistía de su propósito de volver a su país donde conserva la residencia y ciudadanía de acuerdo con las leyes vigentes.

Sobre el incidente en el Aeropuerto Internacional de Miami, Ramos recordó mediante una publicación en sus redes sociales que habían transcurrido “poco más de dos semanas” desde que intentara “abordar el primer avión hacia Cuba y no se me permitió”. Ella lo intentó en una segunda ocasión y obtuvo la misma negativa.

“Me he mantenido en protesta pública por la evidente violación de un derecho humano, me he reunido con abogados, con políticos, con funcionarios y aún no he encontrado una salida justa a mi caso. He recogido muchas historias de no retorno y he visto con mis propios ojos las consecuencias dolorosas de esas historias”, señaló.

“No desisto. Sé que no se trata solo de mí, que lo que está en juego es que se abra una nueva brecha al control de la dictadura cubana más allá de sus fronteras. A ellos no les importa que el país se quede vacío. Es la estrategia por la que están apostando ahora, expulsando sobre todo a la juventud o encarcelándola”, agregó.

La activista sostuvo que había realizado en este lapso “gestiones constantes” y decidió “escribir el resumen del mi caso hasta ahora, para acompañar la notificación que American Airlines me entregó el pasado domingo, donde dice que no soy admitida en Cuba y donde se "recomienda" a la aerolínea no embarcarme”. “Con ella iré a Washington para exigir una respuesta ante un destierro en pleno siglo XXI”, afirmó.

La notificación enviada a American Airlines desde Cuba, firmada por el Teniente Coronel del Ministerio del Interior, Néstor Morera Payrol, indica que Ramos no es admitida dentro del territorio nacional, sin dar ninguna razón para la decisión, pero recomendando a la aerolínea no dejarla subir al vuelo.

Tal atropello además deja a la activista en un limbo migratorio que deberá tornarse más grave en abril de este año, una vez que se venza su visa de turismo de una sola entrada, con la que ingresó a Estados Unidos hace casi cuatro meses. Esto es un rasgo particular o sin precedentes del caso de Anamely, ya que habitualmente el régimen aplica el destierro a personas que tienen un estatus legal fuera de la isla.

La activista ha mantenido su protesta pública en Miami. Pese a que el gobierno de Estados Unidos ha expresado su respaldo, ella ha expresado que no observa el mismo apoyo en su propósito de regresar a Cuba. “Insisto en mi derecho no solo de regresar, sino de estar amparada aquí para regresar. Yo siento que estoy amparada para quedarme, pero no para regresar. Ese reclamo concreto, no lo percibo”, expuso.

“Yo no voy a desistir, yo no quiero quedarme en EE.UU., no voy a pedir ningún asilo. Mi visa se vence en abril y no quiero pedir ninguna extensión”, aseguró con anterioridad. Tanto Ramos como otros activistas mantienen las acusaciones contra la aerolínea por una supuesta complicidad con el régimen cubano al permitirle arbitrariedades como la que ella sufre.

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