Anamely Ramos se planta frente a la Casa Blanca: El 11J no ha terminado

Redacción de CubitaNOW ~ lunes 11 de julio de 2022

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La activista e historiadora del arte Anamely Ramos se plantó frente a la Casa Blanca, en Washington, para protestar por las violaciones de los derechos humanos que comete en régimen de La Habana.

"Estoy aquí y no en otro sitio porque considero que Estados unidos tiene responsabilidad en lo que está pasando conmigo y con Omara. No han tratado la actuación de las aerolíneas de manera seria y han condicionado el apoyo que podrían darnos a una petición de asilo que no vamos a hacer", comentó Ramos en sus redes sociales.

"Vuelvo a estar en la calle de manera literal porque estoy ya en la calle de manera simbólica: sin país, sin documentos, sin trabajo, sin mi hijo, sin ni siquiera un ID para volar sin susto dentro de Estados Unidos. Estoy aquí simplemente con todo lo que soy y tengo, pensando y sintiendo a aquellos que están peor que yo. A esos jóvenes presos y sus familias que no dejan de sorprendernos a todos. A Maykel y a Luis. Y por supuesto a Ariel Ruiz Urquiola que ahora mismo es el más libre de todos nosotros", comentó.

A Ramos el régimen de La Habana le impidió la entrada al país condenándola al destierro en Estados Unidos, donde no tiene papeles para permanecer.

La joven eligió el 11 de julio para iniciar su protesta, justo cuando se cumple un año de las masivas manifestaciones que dejaron a más de mil presos políticos en Cuba, entre ellos menores de edad.

"El 11 de julio será una fecha histórica para siempre. Nadie, mucho menos los que dicen gobernar Cuba, cuando realmente la desangran, pueden cambiar eso. Pero a solo un año, el 11 de julio no ha terminado. No podría terminar con más de 1000 presos políticos y en peligro en la cárcel. No podría terminar con los activistas y familiares dentro de Cuba, amenazados de ser los próximos presos. No podría terminar con Omara y conmigo queriendo regresar sin poder, y sin nada, en un país extraño", dijo.

"Llevo años trabajando por Cuba, preparándome como profesional y sembrando siempre la fascinación por la cultura cubana, que es un milagro. Llevo mas de un año, desde que me fui de Cuba, durmiendo con el teléfono al lado para estar disponible para aquellas personas, algunas muy cercanas, que han dado mucho por derechos y libertades para todos. El año de Maykel en prisión es mío también. Desde que llegué a Estados Unidos estoy haciendo gestiones para poder regresar o, al menos, para que esta atrocidad tenga consecuencias, porque me doy cuenta que la impunidad de Cuba es uno de los eslabones fundamentales para que esa dictadura permanezca. Si a mi me destierran y no pasa nada, qué pasara con los que están dentro, en peligro, solos, en las cárceles. Las huelgas de hambre son también una respuesta a esa indefensión total", agregó.

"Y aquí viene la parte más dramática: sales de Cuba y encuentras que la indefensión se mantiene. Sales y, además de lidiar con las presiones inhumanas de una dictadura, también tienes que hacerlo con las reglas de un mundo democrático donde todo tiene sus tiempos, papeles, lobbys, malabares políticos y re-juegos ideológicos que nada tienen que ver con quién es y qué busca un activista. Al menos en principio. Porque un activista no es un político. Al menos al principio. No sé si sabía esto antes, pero no lo había vivido tan fuerte. Omara lo dijo mejor que yo: los tiempos de las organizaciones internacionales no son los de las víctimas".


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