Anamely Ramos consternada por deceso de joven cubano que atentó contra su vida
Redacción de CubitaNOW ~ jueves 1 de abril de 2021
La víspera, la redacción de Cubita NOW informó la lamentable noticia de la muerte de un joven cubano que atentó contra su vida después que le impusieron una elevada multa.
A los hechos reaccionó Anamely Ramos González, activista e integrante del Movimiento San Isidro, quien aseguró que la causa del deceso del isleño va más allá de la multa.
“Veo la noticia del joven que se ahorcó a causa de una multa de 5000 pesos. Saco la cuenta, 200 dólares, cuando era a 25, ahora posiblemente 100. Eso vale una vida en Cuba”, dijo
“No soy tonta. Sé que no fue por 100 dólares. Sé que fue por desesperanza, por agotamiento, por falta de oxígeno y de horizonte. El muchacho no está tan lejos de muchos de nosotros. No lo estaba vivo y tampoco lo está muerto. La muerte ha estado demasiado cerca siempre. Lo mismo las muertes lentas que la muerte súbita, la cual normalizamos con consignas que la anuncian, refugios por todas partes, la asignatura de PMI o la guerra de todo el pueblo”, argumentó la integrante del Movimiento San Isidro.
Asimismo, dejó claro que lleva “más de una semana con la muerte de fondo. Hay más de cincuenta cubanos en huelga de hambre. 13 días. Tiemblo al pensar en el número fatídico. Pero no exagero. El peligro es real ¿Qué puede salvarnos? Pienso que estamos en Semana Santa. ¿Tenemos Semana Santa los cubanos? Ese joven ya no volverá. Los huelguistas pueden ser los próximos. ¿A cuántos hay que ver partir? ¿Por qué?”, cuestionó.
“Me cuentan que en algunas colas en La Habana marcan a la gente con un número en el brazo. Me niego a creerlo. No sé por qué hay horrores que todavía me niego a creer. Pero desde ese día esa imagen de los brazos de las personas marcados no se va de mi cabeza. La imagen de las personas extendiendo los brazos para que los marquen. Sé que es posible. Sé que la muerte puede llegar a nosotros en forma de número. No sería la primera vez”, sentenció.
De igual modo, lamentó que está a muchos kilómetros de Cuba ahora. “Puedo dar media vuelta y seguir mi vida. Hay muchas cosas importantes por las que hacerlo. Nadie podría recriminarme por ello. Pero no puedo. Hay muchas cosas importantes también que me obligan a permanecer. Ese muchacho muerto se suma a esas razones importantes. No pregunten por qué. Yo tampoco lo sé. Pero es así”.
“El horror debe terminar”, exigió. “La muerte debe terminar. Los números sustituyendo personas deben terminar. La falta de oxígeno. Las huelgas de hambre. La desesperanza”.
“Nuestra vida no vale 100 dólares. Nuestra vida es sagrada. La vida de nuestros hijos es sagrada. Hay que vencer el miedo”, concluyó.