SpaceX logró un nuevo hito con el reciente lanzamiento de su sistema Starship, el cohete más potente construido hasta la fecha, en un evento que impulsa los planes de futuras misiones tripuladas a la Luna y Marte. El lanzamiento se realizó este domingo desde la base de SpaceX en Boca Chica, Texas, a las 8:25 a.m. ET, dentro de una ventana de 30 minutos, demostrando avances cruciales en su programa de reutilización de cohetes.
El sistema Starship está compuesto por dos partes: la nave superior y el cohete propulsor Super Heavy, de 71 metros de altura. La misión incluyó por primera vez una maniobra ambiciosa en la que el propulsor fue capturado en pleno vuelo mediante una estructura metálica llamada “palillos”, diseñada para atrapar el cohete tras separarse de la nave superior y consumir su combustible.
Este tipo de innovaciones busca reducir drásticamente los costos y tiempos necesarios para enviar cargas y tripulación al espacio profundo. La reutilización rápida de los cohetes es un pilar fundamental en la estrategia de SpaceX para hacer más accesible la exploración espacial.
El desarrollo del sistema Starship ha seguido un camino de pruebas progresivamente más complejas desde 2019, cuando realizaron los primeros saltos cortos con el vehículo experimental “Starhopper”. Desde entonces, SpaceX ha intensificado sus esfuerzos con lanzamientos más desafiantes del cohete Super Heavy y la nave Starship.
En abril de 2023, SpaceX llevó a cabo su primer vuelo integrado de prueba, cuyo único objetivo era despegar la estructura de 121 metros de altura de la plataforma de lanzamiento. Si bien la misión terminó con la explosión del cohete sobre el Golfo de México pocos minutos después del despegue, SpaceX considera estos fallos como parte esencial de su proceso de aprendizaje y optimización.
Los avances no se detuvieron. En junio, durante el cuarto lanzamiento de prueba, SpaceX logró que tanto el cohete como la nave completaran el reingreso a la atmósfera terrestre y realizaran maniobras de aterrizaje sobre el océano, a pesar de mostrar daños visibles en su estructura. Esto representó un avance significativo en la campaña de pruebas.
El éxito de la última misión subraya el enfoque de SpaceX en perfeccionar cada componente del sistema para cumplir su objetivo a largo plazo: enviar misiones tripuladas a Marte y convertir los viajes espaciales en algo rutinario. Con cada vuelo, la compañía demuestra su compromiso con la reutilización eficiente de cohetes, acercándose cada vez más a transformar la industria aeroespacial.
El camino hacia la exploración espacial sigue siendo desafiante, pero SpaceX muestra que, con innovación constante y aprendizaje a partir de fallos, los objetivos más ambiciosos están al alcance.
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