El panorama educativo en Florida podría cambiar drásticamente para miles de estudiantes inmigrantes tras la presentación de un proyecto de ley que busca limitar el acceso de migrantes indocumentados a las universidades públicas más prestigiosas del estado. Impulsada por el senador republicano Randy Fine, la propuesta SB 244 prioriza los recursos educativos para ciudadanos estadounidenses, alineándose con la agenda migratoria del gobernador Ron DeSantis y el presidente electo Donald Trump.
El proyecto surge en un contexto donde DeSantis ha convocado a una sesión legislativa especial para implementar las estrictas políticas migratorias de Trump. Entre las medidas, destaca la eliminación de incentivos que, según los legisladores, promueven la inmigración ilegal. “¿Es justo permitir que un inmigrante ilegal ocupe un lugar que podría ser ocupado por un floridano o un estadounidense? Yo diría que no”, afirmó Fine al justificar su propuesta.
La SB 244 busca prohibir que universidades públicas con tasas de aceptación inferiores al 85%, como la Universidad de Florida, la Universidad Estatal de Florida y la Universidad Internacional de Florida, admitan a estudiantes sin documentación legal. Según el Instituto de Política de Florida, aproximadamente 6,500 estudiantes indocumentados calificaron en el ciclo 2023-2024 para una exención de matrícula fuera del estado, lo que ahora estaría en peligro si el proyecto de ley es aprobado.
El senador Fine también ha planteado derogar la disposición que permite a estos estudiantes pagar matrícula estatal, lo que representa un cambio significativo en la política actual del estado. Florida alberga a cerca de 1.2 millones de migrantes sin estatus legal, quienes enfrentan un futuro incierto ante estas medidas.
La propuesta ha generado rechazo entre organizaciones defensoras de inmigrantes y expertos en educación. Gaby Pacheco, directora de TheDream.US, una organización que otorga becas a estudiantes indocumentados, calificó la medida como “perjudicial” y “contraproducente”, especialmente en un momento en que las matrículas universitarias en Florida están disminuyendo. “Este es su hogar. No estamos viendo el impacto que tendrá expulsar a personas que han estado aquí por años”, comentó.
Mientras tanto, DeSantis ha defendido estas políticas como parte de una estrategia más amplia para respaldar la represión migratoria de Trump, enfatizando la necesidad de eliminar incentivos para la inmigración ilegal. Sin embargo, el llamado a una sesión especial ha sido criticado incluso por líderes republicanos, quienes consideran la iniciativa “apresurada” y “prematura”.
La nueva legislación no solo pone en riesgo el acceso de los inmigrantes indocumentados a la educación superior, sino que también plantea preguntas sobre el impacto económico y social en las comunidades locales. Expertos señalan que estas políticas podrían desalentar a los estudiantes inmigrantes de continuar su educación y contribuir al desarrollo del estado, afectando tanto a las universidades como al mercado laboral.
A medida que la administración de Trump toma forma, Florida parece posicionarse como un estado clave en la implementación de estas políticas, con legisladores como Randy Fine liderando el camino. Sin embargo, el futuro de miles de estudiantes inmigrantes y la dirección del sistema educativo estatal continúan en el centro del debate.
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