El clima de incertidumbre se ha apoderado de las agencias gubernamentales de Estados Unidos mientras la administración de Donald Trump implementa una reestructuración acelerada del servicio civil. Empleados federales de distintas dependencias han expresado su preocupación por las órdenes ejecutivas que modifican sus condiciones laborales y generan un ambiente de confusión.
Uno de los cambios más controvertidos ha sido la directiva de la Oficina de Administración de Personal (OPM), que ofreció a los empleados la posibilidad de aceptar una "renuncia diferida", una medida que algunos comparan con estrategias empresariales implementadas por Elon Musk tras su adquisición de Twitter. Muchos trabajadores temen que este sea un intento deliberado de reducir la fuerza laboral mediante la presión y la incertidumbre.
En agencias como la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), los efectos han sido inmediatos. Un funcionario describió un ambiente de desasosiego, con empleados recibiendo mensajes de texto para desconectar equipos y abandonar el edificio sin explicaciones oficiales. En otras dependencias, el personal ha manifestado su temor a perder sus empleos sin previo aviso.
Otro punto de conflicto es el mandato de retorno a la oficina, que elimina acuerdos de trabajo remoto en todas las agencias, salvo excepciones limitadas. “Nos hacen ver como si no fuéramos productivos, cuando en realidad muchos de estos trabajos pueden realizarse perfectamente a distancia”, señaló un empleado del Departamento de Transporte.
Además, la administración ha eliminado programas de diversidad, equidad e inclusión, y ha facilitado el despido de funcionarios de carrera en posiciones de formulación de políticas. Estas medidas, junto con una congelación de contrataciones y regulaciones, han generado una sensación de vulnerabilidad entre los empleados federales.
El impacto de estas decisiones ha sido resaltado tras un trágico accidente aéreo en Washington, D.C., en el que murieron decenas de personas. Algunos críticos han señalado que la congelación de contrataciones y los cambios en la Administración Federal de Aviación podrían agravar problemas de seguridad en el sector aéreo. Sin embargo, Trump ha insistido en que estas reformas son necesarias para optimizar el gobierno y eliminar estructuras burocráticas innecesarias.
El malestar también se ha extendido a otras áreas. Un empleado del Departamento de Asuntos de Veteranos describió la situación como un “caos absoluto”, donde la falta de información ha dejado a muchos trabajadores en la incertidumbre. “Parece que no nos quieren aquí”, comentó un veterano de la guerra de Irak que ahora labora en la administración pública.
Mientras Trump y su equipo defienden las reformas como un esfuerzo para agilizar la administración federal, miles de empleados temen por su estabilidad laboral. Con cambios implementándose a toda velocidad, el futuro de la burocracia estadounidense sigue siendo incierto, y muchos trabajadores enfrentan la difícil decisión de adaptarse o abandonar el servicio público.
(Con información de "NBC NEWS")
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