Un reportaje sobre la producción de refresco gaseado en Cuba deja más mal sabor que esperanzas a los ciudadanos.
A través de la publicación del oficialista Cubadebate se conoce del endeudamiento del Estado cubano con el proveedor de latas.
“Con el único proveedor de latas disponible en el mercado hemos contraído una deuda financiera alta, como consecuencia de la situación económica por la que atraviesa el país y, por tanto, no se ha podido honrar esa deuda”, explica Teresa Tejo Ramos directora de la empresa mixta Los Portales, conocida por la producción de aguas minerales y refrescos de la marca Ciego Montero.
La directora de Los Portales explicó por qué desde hace casi tres años es cada vez más difícil encontrar un refresco de la mencionada marca.
“A partir del 2019, vivimos una situación muy seria con la lata, pues tenemos un endeudamiento por falta de liquidez de financiamiento externo. Esto es lo que ha provocado que, de manera significativa, no podamos seguir trabajando con esa línea”, ha dejado claro.
Las declaraciones de Mario Venero Bencomo, director de la planta ubicada en Guane, Pinar del Río dejan al descubierto el retroceso que ha tenido la producción de refrescos en los últimos 4 años.
“De 278 millones de unidades producidas en el 2018, entre latas y botellas de plástico, la producción descendió a 247.9 millones en 2019 y la inversión proyectada fue pospuesta por tiempo indefinido. En 2020 solo se lograron 112 millones de unidades, menos de la mitad que 2019, y en 2021 los resultados fueron más bajos aun, apenas 25 millones”.
Sobre el desplome, la directora general de Los Portales dijo que se debió, en lo fundamental, al bajo nivel de operaciones de la línea de latas, la cual tiene el mayor peso productivo porque la producción en envases de pomos plásticos no ha tenido muchas afectaciones.
La situación no va a cambiar porque la variante para lo que sucede es tener dinero y el Gobierno dice que no hay.
No es posible “encontrar otros proveedores o líneas de crédito en otros países que permitan reflotar la producción”, porque la mayoría son trasnacionales estadounidenses que por el embargo no pueden establecer relaciones comerciales con Cuba. El mercado chino que podría salvar está muy lejos y encarecer la producción, así que básicamente hay que pagar lo que se debe para tener latas otras vez.
Aunque en el reportaje no se especifica el monto de la deuda, ni los meses o años de atraso, debe ser grande cuando el proveedor cerró por completo sus envíos.
El otro problema de los costos de la producción es también desde las importaciones, en el caso de los pomos plásticos el 60% son de fabricación nacional y el 40% se compra afuera
40% es importado. Además se conoció que las etiquetas también son importadas “En el caso del refresco siempre es importada, porque la tecnología nacional no cuenta con la calidad requerida”.
Tejo Ramos, detalló que en la estructura de producción de refrescos, el 55% corresponde a la línea de latas y el 45% restante a botellas de plástico PET en formatos de 1.5 litros o de 330 mililitros sobre esa base detalló que “en 2018, lograron alcanzar la máxima capacidad de ambas líneas, 1 500 000 hectolitros. No obstante, a pesar de estar trabajando ambas líneas a todo tren, nunca se ha logrado satisfacer la demanda de refresco del país”.
Este año se busca producir 980 000 hectolitros, dice la directora de Los Portales quien advierte que en las actuales condiciones económicas no será posible cumplir las expectativas y necesidades reales de la población.
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