Desde su liberación en enero, el líder opositor cubano José Daniel Ferrer ha enfrentado una creciente ola de represión por parte del régimen, según denuncia la ONG Prisoners Defenders. Su labor humanitaria con la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), que ha beneficiado a miles de personas en situación de vulnerabilidad, ha sido blanco de hostigamiento, amenazas y sanciones.
En solo dos meses, la UNPACU distribuyó más de 14.000 raciones de alimentos y brindó atención médica a cientos de personas afectadas por enfermedades y la crisis sanitaria. Sin embargo, el gobierno ha respondido con detenciones arbitrarias, multas y el acoso sistemático a Ferrer, su equipo y los beneficiarios de la ayuda. Comerciantes que abastecían de insumos a la organización han sido sancionados para impedir su colaboración, y la policía política ha presionado a quienes reciben asistencia.
El informe de Prisoners Defenders también alerta sobre el colapso del sistema de salud cubano, agravado por la escasez de medicamentos y la exportación masiva de médicos. La represión contra iniciativas solidarias independientes no es nueva: otras organizaciones, incluidas parroquias y grupos religiosos, han enfrentado restricciones para ayudar a la población.
A pesar de la persecución, Ferrer y su equipo continúan su labor, desafiando el control estatal sobre la vida social y económica de Cuba.
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