Muchos son los deportistas que se lamentan de su paso por el alto rendimiento en Cuba; específicamente la judoca Ayumi Leiva Sánchez, ahora vistiendo los colores rojo y gualda de España plantea: "Era muy duro". Leiva Sánchez reside en España desde que abandonó el equipo nacional en agosto de 2021 y aseguró ser humillada en su país natal. Ayumi, de 22 años, vive en Valencia, donde actualmente entrena con Sugoi Uriarte y Laura Gómez, grandes figuras del judo español. "Un día allí en el centro nacional de entrenamiento Cerro Pelado era muy duro. Tenías que estar todo el tiempo aguantando los malos tratos de los entrenadores, no podías opinar, no podías preguntar, te humillaban... Aguanté un año, pero no lo podía soportar", relató al portal especializado AS.
Esto sin tener en cuenta las pésimas condiciones de esa instalación en cuanto a medicamentos, alimentación y hospedaje. "En mi primera competición junior, me obligaron a firmar un papel diciendo que me comprometía a sacar una medalla. Si no firmaba, me echaban de la escuela", detalló.
La joven atleta recibió la nacionalidad española en julio de 2023. Por eso hasta este año no había podido competir a nivel internacional. En estos 10 meses ha ganado ya cuatro medallas en la categoría de los 52 kg.
Las primeras tres fueron de bronce: en el Grand Slam de Antalya (Turquía), en el Qazaqstan Barysy Grand Slam y en el Madrid European Open. En septiembre alcanzó una plata en el Grand Prix de Zagreb, en lo que constituyen sus primeras competencias del cuatrienio olímpicos con miras a Los Ángeles 2028. "En cada combate sentía que daba lo mejor y un poco más. Estoy contenta porque ya vamos cambiando el color de la medalla. Nunca he tenido la oportunidad de intentar la clasificación para unos Juegos. Tengo la certeza de que mis entrenadores me guiarán por el camino correcto", afirmó.
Ayumi huyó de Cuba durante un viaje al clasificatorio panamericano Junior en Cali, Colombia. Al no haber vuelo directo desde La Habana debían hacer conexión en Madrid, donde aprovechó un descuido, se separó del grupo y pidió asilo político ante la Policía del control de pasaportes, junto con su colega Nahomys Acosta. "Fue una decisión muy dura. Iba a dejar a toda mi familia atrás, a mi mamá, a mis hermanos... ¡sin saber cuándo podría volver!. Aún no les he visto desde entonces. Intentamos hablar todos los días. Les extraño", lamentó.
Tres años después, sueña con seguir adelante mientras comparte piso con dos compañeras del Centro de Alto Rendimiento de Benimaclet. Quiere estudiar algo relacionado con el deporte y está en el proceso de convalidar los estudios de bachillerato que hizo en Cuba. En cuanto al deporte, asegura que trata siempre de pensar en positivo. "No subestimo a ninguna contraria, pero siempre pienso que puedo ganar y me veo en el podio".
Las divisiones pequeñas en el judo, rama femenina, exhiben gran competitividad en el planeta: japonesas, chinas, europeas se adueñan de los podios universales. Es por eso que la cubanita no la tiene fácil pero no obstante, le deseamos todo el éxito del mundo y que su esfuerzo y valentía sean premiados con el triunfo.
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