Brad Sigmon, un hombre condenado por doble asesinato, fue ejecutado en Carolina del Sur mediante fusilamiento, convirtiéndose en la primera persona en morir por este método en Estados Unidos desde 2010. La ejecución tuvo lugar a las 6:05 p.m., y tres minutos después, un médico confirmó su fallecimiento.
Sigmon, de 67 años, fue sentenciado a la pena de muerte por asesinar a los padres de su exnovia con un bate de béisbol en 2002, luego de que ella se negara a retomar la relación. En sus últimas palabras, hizo un llamado a la abolición de la pena capital.
El estado de Carolina del Sur ofrece a los condenados tres opciones de ejecución: inyección letal, silla eléctrica o fusilamiento. Sigmon rechazó las primeras dos, argumentando que la inyección letal podría provocar una muerte agonizante y que la silla eléctrica lo “cocería vivo”.
Durante la ejecución, el reo estuvo atado a una silla, vestido con un mono negro y con una diana blanca sobre el corazón. Testigos reportaron que respiró profundamente varias veces antes de que sonaran los disparos.
Jeffrey Collins, periodista de The Associated Press presente en la ejecución, relató que Sigmon no mostró resistencia y que, tras los disparos, se observó una mancha roja en su pecho. Los tiradores, que permanecieron fuera de la vista del público, dispararon desde un área separada.
Antes de su ejecución, Sigmon expresó su arrepentimiento y criticó la pena capital, apelando a su fe cristiana. “Vivimos bajo el Nuevo Testamento, no el Antiguo. Ojo por ojo ya no debe ser nuestra ley”, declaró.
Sus abogados intentaron suspender la ejecución argumentando que el estado no proporcionó suficiente información sobre los fármacos usados en la inyección letal, pero la Corte Suprema rechazó la solicitud.
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