Más de 100 cubanos han compartido en Facebook las imágenes de una “pasarela de embarcaciones” para celebrar el verano en Antilla, el municipio más pequeño de la provincia de Holguín, y las burlas abundan.
Desde que las redes sociales llegaron a Cuba, las “iniciativas” que antes pasaban desapercibidas, ahora tienen un alcance mucho mayor: Estrambóticos desfiles representativos de las industrias nacionales, opciones gastronómicas nada apetecibles, bolsas de refresco instantáneo y otras generosidades para los deportistas destacados, etcétera.
Ahora ha llamado la atención de los internautas el acontecimiento en Antilla. “La pasarela de embarcaciones engalanadas resultó una de las mayores atracciones para grandes y chicos”, explica la usuaria que compartió las imágenes el domingo, Milagros Puig Hernández.
Pese a que la publicación en Facebook tiene los comentarios deshabilitados para el público, decenas de cubanos no perdieron el chance de poder compartirla. “No se puede hacer más el ridículo”, dice una. “Con dos o tres portaaviones de esos, conquistamos el mundo, compay”, señala un segundo usuario.
“Díganme que es un meme, por favor”, “Cuando crees que haberlo visto todo”, “Vergüenza debería darles que en el 2022 el pueblo cubano no sepa lo que es un yate o una lancha moderna”, expresan otros.
La flotilla está compuesta por viejas embarcaciones de madera, “adornadas” con hojas de palmeras, banderas de Cuba o del Movimiento 26 de Julio, creado en 1953 por un grupo de personas dirigidas por el fallecido dictador Fidel Castro.
Cada tanto, publicaciones que pretenden ensalzar la creatividad o el “arte” de los cubanos, acaban provocando el efecto contrario. En junio, se hizo viral la oferta gastronómica de un restaurante en Pinar del Río, cuyos platillos lucían una imagen pésima.
Entre ellos, podía apreciarse un cangrejo con todo su caparazón y rodajas de plátano hervido alrededor, algo indefinible parecido a un picadillo con rodajas de pepino, diminutas pizzas con piña y espaguetis mezclados con trozos de queso y un producto aparentemente cárnico.
Uno de los eventos que más dio de qué hablar fue un grotesco desfile para celebrar el aniversario 60 del Ministerio de Comercio Interior (Mincin). “Me han dicho: haz tú la crítica en un medio oficial, pero es que hay determinadas expresiones que no resisten un análisis, y "eso" es un ejemplo. Más que crítica de arte habría que hacer una de tipo institucional, sociológica, antropológica, porque el espantoso desfile apunta a una crisis más profunda, a "mar (y mal) de fondo"”, dijo el crítico de cine Frank Padrón, conductor del programa “De Nuestra América” en la televisión cubana.
Entre los productos elegidos se encontraba la compota de la marca Osito (una de las imágenes más virales) y el servicio Transfermóvil de ETECSA. “De qué técnicas comerciales pueden hablar en un país totalmente desabastecido????? Todo da pena, risa y dolor al mismo tiempo”, dijo una usuaria.
“Por qué el MINCIN en lugar de desculturizar hasta ese punto, de obviar hasta ese punto, la tragedia cotidiana del cubano de a pie, a cuyo ejército dice pertenecer el ministro de Economía, no donó el monto de la ofensiva pasarela a los hospitales pediátricos, a los ancianatos, o lo invirtió en crayolas, tan ausentes de las escuelas y Casas de Cultura”, cuestionaba otro.
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