Miles de personas han salido a las calles de al menos 15 ciudades europeas este domingo 15 de junio de 2025 para exigir el fin de un modelo turístico que, según denuncian, está desplazando a la población local, disparando los precios de la vivienda y saturando los servicios públicos. En ciudades como Barcelona, San Sebastián, Ibiza, Palma o Granada, el clamor ha sido claro: la turistificación está poniendo en jaque el derecho a vivir dignamente.
En Barcelona, la manifestación fue organizada por la Assemblea de Barris pel Decreixement Turístic que denunció que el actual modelo prioriza los intereses del capital turístico frente a los de quienes habitan y trabajan en la ciudad.
“El turismo nos roba el pan, el techo y el futuro”, era el lema que encabezaba la marcha, protagonizada por trabajadores que sufren directamente las consecuencias del turismo masivo: camareras de piso, conductores de autobús y personal sanitario.
Muchos de ellos relataron cómo los turistas colapsan hospitales o generan cargas laborales extremas en zonas muy visitadas. El recorrido de la protesta se diseñó de forma simbólica: desde el barrio de Gràcia, pasando por el Passeig de Gràcia —símbolo del consumo de lujo orientado al visitante— hasta las cercanías de la Sagrada Familia, aunque la llegada fue detenida por un cordón policial.
“Esto no es contra el turista, sino contra el modelo turístico destructivo que lo convierte en arma de especulación”, explicaron los portavoces.
Una lucha común se desarrolla en el resto del sur de Europa: “No somos el parque de vacaciones del mundo” Desde Lisboa a Marsella, pasando por Donostia o Génova, se repite el mismo grito: proteger la vida frente al turismo extractivo
La jornada de protestas no se limitó a España. Ciudades como Lisboa, Marsella, Génova o Nápoles también se sumaron a la convocatoria coordinada, nacida en un taller de activistas celebrado en abril en Barcelona. El objetivo: visibilizar cómo el turismo masivo impone un modelo de vida inviable para la mayoría. En Donostia, más de 50 organizaciones sociales participaron bajo el lema “Aquí queremos vivir. Paremos la turistificación”.
Los organizadores vinculan directamente el turismo con problemas estructurales como la crisis habitacional, el aumento de pisos turísticos y las emisiones contaminantes de vuelos y cruceros. “Los cruceros son auténticos basureros flotantes”, denuncian desde colectivos ecologistas. Además, critican el pacto entre la Generalitat y Aena para ampliar la tercera pista del Aeropuerto de El Prat, que pone en riesgo un espacio natural protegido.
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