La activista cubana Diasniurka Salcedo Verdecia recordó esta jornada de viernes cómo fue el momento en el que recibió la dolorosa noticia de la muerte de su padre mientras ella se encontraba en una prisión en la isla.
A través de sus redes sociales, Salcedo Verdecia compartió su testimonio sobre un día que marcó su vida ante el dolor no haber podido despedirse de su papá.
“Un día como hoy del año 2012 me encontraba en una litera del Guatao (prisión de mujeres), en el colectivo 2 galera 4, dando vuelta y vuelta porque no conciliaba el sueño, y mirando esa luz que nunca se puede apagar porque está así en el reglamento”, dijo para comenzar a relatar el día de la muerte de su padre.
“No podía parar de pensar en mi padre, que lo había podido llamar el día anterior y sus palabras me estremecieron: - ‘Papi estás ronco ¿qué te pasa? Yo te extraño’. – ‘Hija no pasa nada, yo también te extraño y te amo, pero no tengo los (cojones) de verte vestida de presa. No lo puedo aguantar, hija’”, añadió.
Las palabras de su padre la dejaron enmudecida, según recuerda. “Un silencio y cuando pensé responder me dice la guardia que suelte el teléfono que se me acabó el tiempo, quería responder, pero el tiempo no me lo permitió. Pero el valor tampoco. El nudo en la garganta no me dejaba salir palabras”.
Después de la conversación telefónica con su padre, la activista quedó muy afectada, sin imaginar que poco tiempo después recibiría la desgarradora noticia de la muerte de su querido papá.
“No comí, no dormí y algo malo, muy malo, estaba diciéndome que algo iría mal, como a las 9 de la mañana, era domingo, yo no quería hablar con nadie, no quería salir de ese mosquitero, a pesar de ese ruido en el colectivo de la gran mayoría hablar a la vez, ruido que es constante, menos en el horario de sueño, Pero con la luz prendida y escucho que me llaman a la reja”, agregó.
“’Salcedo Verdecia ponte uniforme completo y vamos a la oficina del mayor’. Algo estremeció dentro de mí. Me vestí temblando porque había dejado a mi hijo en medio de un tratamiento de quimioterapia por leucemia, pensé algo le había pasado”, recordó.
“Cuando llego a la oficina veo que dentro había un familiar mío y me quise morir. Solo escuché que me decían ‘se murió tu papá. Le dio un infarto y no aguantó’”, enfatizó.
“No pude despedirme. No pude hablar y tampoco puedo hoy a pesar de los años, tampoco quiero salir de la cama, solo diré Dios, Patria Y Libertad. Abajo la dictadura. Te amo y te amaré, padre de mi alma querido”, escribió para él.
“Por todo esto y más me visto de negro. Por todos los presos, por los femicidios, por todas las injusticias y males causados por esta dictadura. RAZONES ME SOBRAN”, concluyó la cubana que ha sido víctima por largos años del régimen cubano.
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