Alertan que la ofensiva contra El Toque busca preparar el terreno para una nueva tasa de cambio oficial
Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 3 de diciembre de 2025
La agresiva campaña del régimen contra El Toque, medio independiente que publica a diario el precio de las divisas en el mercado informal, centra el más reciente informe del Observatorio de Monedas y Finanzas de Cuba (OMFi), firmado por el economista cubano Pavel Vidal.
Para el especialista, “la amplitud y la persistencia de esta ofensiva comunicacional y coercitiva” van más allá de desviar la atención de las múltiples crisis que atraviesa el país. El verdadero objetivo, sostiene, sería “allanar el camino para la introducción de la tasa de cambio oficial supuestamente flotante”, debilitando primero las estructuras del mercado informal y la plataforma que ofrece referencias de precios.
Vidal recuerda dos precedentes que explican la vulnerabilidad del Estado frente al mercado paralelo: el “ordenamiento monetario” de 2021, cuando se eliminó el CUC y se fijó una tasa oficial de 24 CUP por dólar mientras en la calle se vendía a 40; y el ajuste de agosto de 2022, que elevó la tasa a 120 CUP por dólar, pero fracasó al no acompañarse de políticas fiscales y monetarias. En ambos casos, la brecha entre la tasa oficial y la informal se amplió, dejando a los bancos sin divisas para vender.
El economista subraya que el mercado informal se ha convertido en un mejor indicador de la inflación y los desequilibrios macroeconómicos que las cifras oficiales. Ante la posibilidad de una “tercera transformación cambiaria”, el Gobierno busca eliminar contrapesos y visibilizar lo menos posible un eventual nuevo fracaso.
Aunque no se ha anunciado fecha, el régimen adelantó que la nueva tasa llegaría en 2025. Una señal de preparación, apunta Vidal, es la emisión de billetes de mayor denominación, medida que el ministro de Economía, Joaquín Alonso Vázquez, reconoció que se está valorando.
El cumplimiento de la promesa de una tasa flotante permitiría a bancos y Casas de Cambio captar divisas de remesas y otras fuentes, siempre que el valor en pesos resulte atractivo para los hogares. Sin embargo, Vidal duda de que el Gobierno asuma una verdadera libertad de mercado, dado su historial de centralización financiera y control monetario.
Además, advierte que las presiones inflacionarias hacen improbable una revaluación sostenible del peso, y recuerda que el Banco Central de Cuba no es autónomo ni controla las reservas internacionales, lo que dificulta una flotación técnica.
Más que mejorar la eficiencia del mercado, concluye, la estrategia parece orientada a recaudar divisas en un contexto de crisis estructural: caída del turismo, déficit en la balanza de pagos y apoyos internacionales insuficientes. Si el Banco Central se convierte en comprador neto de dólares sin venderlos, se generaría un mayor desequilibrio, encareciendo aún más la divisa y provocando una nueva emisión de pesos con graves efectos inflacionarios.