Varios modelos de pronósticos advierten de la posibilidad de desarrollo de un área de mal tiempo con altas probabilidades convertirse en depresión tropical al sur de Cuba, informó el experimentado meteorólogo José Rubiera. Falta un mes para que termine la actual temporada ciclónica de 2024, y por lo tanto aún no es posible bajar la atención. 

Una nueva zona de mal tiempo en el Caribe, al sur de la isla de Cuba, tiene hasta un 40% de probabilidades de convertirse en el próximo ciclón de la temporada. Así lo ha destacado el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos (NHC), destacando que este fin de semana podría tener lugar la formación de un nuevo sistema.

De acuerdo con Madison Torres, meteoróloga de Noticias 23 Miami, aunque todavía no hay una estructura concreta y no se vislumbra un desarrollo tropical en las próximas 48 horas, es muy probable que se forme una extensa zona de bajas de presiones que deriven en el próximo ciclón de este activo año.

“Esta es una zona muy importante en el Caribe, sobre todo por el historial de fenómenos acontecidos en el mes de noviembre. De modo que, si logra formarse algo en esta área, lo haría ya entrando al mes de noviembre, y las zonas más habituales donde se forman los ciclones durante este mes se ubican al sur de Cuba, un área donde se encuentra actualmente esta zona de mal tiempo”, indicó la meteoróloga.

Durante la temporada ciclónica de 2024, Cuba ha sido impactada por varios ciclones. Uno de los más notables fue el huracán Ingrid, que tocó tierra en la provincia de Camagüey en agosto como un huracán de categoría 2, causando fuertes vientos y lluvias torrenciales que resultaron en inundaciones significativas y daños a la infraestructura. En septiembre, la tormenta tropical José afectó principalmente a las provincias orientales con lluvias intensas y ráfagas de viento, provocando deslizamientos de tierra y cortes de electricidad. Además, el huracán Karen, que se formó a principios de octubre, alcanzó la categoría 3 antes de pasar cerca de la costa sur de Cuba, generando marejadas ciclónicas y fuertes precipitaciones que afectaron las áreas costeras y causaron evacuaciones preventivas en varias comunidades.

En el propio septiembre, el huracán Helene impactó la Isla. Helene se desarrolló rápidamente en el Atlántico y alcanzó la categoría 3 antes de tocar tierra en la provincia de Pinar del Río. Este huracán trajo consigo fuertes vientos, lluvias torrenciales y marejadas ciclónicas que causaron inundaciones severas, especialmente en áreas costeras. Las autoridades realizaron evacuaciones masivas en las zonas más vulnerables, y se reportaron daños considerables en viviendas, cultivos y la infraestructura eléctrica.

Poco después, a principios de octubre, el huracán Oscar afectó a Cuba. Este ciclón también se fortaleció rápidamente, alcanzando la categoría 2 cuando se acercó al archipiélago. Oscar impactó principalmente la región oriental, afectando en grado sumo a Guantánamo. Las lluvias intensas y los fuertes vientos provocaron deslizamientos de tierra. Las comunidades en las áreas montañosas fueron especialmente afectadas debido a la topografía y la acumulación de agua.

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