El Centro Kennedy para las Artes Escénicas, uno de los espacios culturales más emblemáticos de Estados Unidos, se convirtió en el centro de una nueva controversia política luego de que su junta de fideicomisarios aprobara añadir el nombre de Donald Trump al edificio originalmente consagrado como un monumento viviente al presidente John F. Kennedy.

La modificación se realizó con inusual rapidez. El viernes, apenas un día después de la votación interna, trabajadores instalaron andamios ocultos tras lonas azules para cambiar la denominación del inmueble. Horas más tarde, el complejo pasó a llamarse oficialmente Centro Memorial Donald J. Trump y John F. Kennedy para las Artes Escénicas.

La decisión fue adoptada de manera unánime por la junta de fideicomisarios, cuyos miembros fueron seleccionados durante la administración Trump. El propio presidente, además, ocupa actualmente la presidencia del órgano directivo, un hecho que ha intensificado las críticas y los cuestionamientos sobre conflicto de intereses.

Diversos legisladores demócratas y expertos en historia institucional han rechazado el cambio, alegando que la junta carece de autoridad legal para modificar el nombre del centro. Ray Smock, ex historiador de la Cámara de Representantes, recordó que el Kennedy Center fue nombrado por una ley del Congreso aprobada en 1964, un año después del asesinato de John F. Kennedy. “Cambiar ese nombre requeriría una modificación legislativa. La junta no es un órgano legislativo; el Congreso es quien hace las leyes”, subrayó.

La legislación que dio origen al centro establece, además, que este no puede convertirse en un monumento a ninguna otra persona ni exhibir en su fachada el nombre de alguien distinto a Kennedy. Para los críticos, la decisión de la junta no solo viola el espíritu del homenaje original, sino también el texto explícito de la ley.

La controversia ha alcanzado incluso al entorno familiar del expresidente demócrata. Algunos miembros de la familia Kennedy han expresado su oposición al cambio, al considerar que diluye el significado histórico y simbólico del monumento creado en honor a su legado.

Este no es el primer edificio federal o institución en Washington al que se le incorpora el nombre de Trump. Recientemente, el Instituto de Paz de Estados Unidos también fue rebautizado en su honor, lo que ha alimentado acusaciones de politización de espacios públicos y culturales.

Hasta el momento, el Centro Kennedy no ha respondido a solicitudes de comentarios sobre el fundamento legal de la decisión ni sobre las críticas recibidas. Mientras tanto, el caso abre un nuevo debate sobre los límites del poder administrativo, el respeto a las decisiones del Congreso y el uso político de instituciones concebidas como símbolos nacionales.

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