Mirta Díaz-Balart Gutiérrez, la primera esposa del fallecido dictador cubano Fidel Castro y madre de su hijo mayor, falleció este sábado a la edad de 95 años. La noticia fue compartida en Twitter por su nieto Fidel Antonio Castro Smirnov, hijo de Fidel Castro Díaz-Balart "Fidelito" (quien se quitó la vida en 2018) y la ciudadana rusa Olga Smirnova.

"Rodeada de mucho amor, mi querida abuela Mirta Díaz-Balart Gutiérrez ha partido. Hemos perdido a una gran mujer. Su fin no es la muerte. Su especial cariño, lealtad e historia extraordinaria permanecerán eternos. Ella continuará siendo la expresión más concreta y amable de la belleza", escribió.

Rodeada de mucho amor, partió mi querida abuela Mirta Díaz-Balart Gutiérrez. Se nos va una gran mujer.

Su final no es la muerte. Permanecerán eternos su especial cariño, lealtad y extraordinaria historia. Seguirá siendo la forma más concreta y amable de lo hermoso. pic.twitter.com/wJyxvD0olZ

— Dr.C. Fidel Antonio Castro Smirnov (@FACSmirnov) July 6, 2024

Mirta Díaz-Balart Gutiérrez nació el 30 de septiembre de 1928 en Cuba, en el seno de una familia acomodada. Conoció a Fidel Castro en la Universidad de La Habana, donde ambos estudiaban. Se casaron el 11 de octubre de 1948 y tuvieron un hijo, Fidel Castro Díaz-Balart, conocido como "Fidelito". Su matrimonio con Fidel Castro terminó en 1955, durante el período de encarcelamiento de Castro tras el fallido asalto al cuartel Moncada.

Después de su divorcio, Mirta se mudó a España, donde vivió durante muchos años. Se mantuvo al margen de la vida pública, aunque su conexión con Fidel Castro siempre la mantuvo en el ojo del huracán mediático. Su hijo, Fidelito, se convirtió en científico nuclear y fue una figura prominente en Cuba hasta su muerte en 2018.

El fallecimiento de Mirta Díaz-Balart Gutiérrez marca el fin de una era y nos invita a reflexionar sobre el complejo legado de su familia. Su vida estuvo marcada por su relación con una de las figuras más controvertidas de la historia moderna, lo que la colocó en una posición única en la narrativa cubana.

La historia de Mirta Díaz-Balart Gutiérrez es un recordatorio de las complejas dinámicas familiares y políticas que han influido en la historia de Cuba. Su vida, aunque en gran medida privada, refleja los desafíos y las presiones inherentes a estar conectada con una figura tan polarizadora como Fidel Castro. En un país donde las divisiones políticas y sociales son profundas, la historia de Mirta ofrece una perspectiva humana sobre las realidades detrás de las figuras históricas.

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