Adolescentes y bandas juveniles: entre la necesidad y la marginación en Estados Unidos y Cuba
Redacción de CubitaNOW ~ domingo 16 de febrero de 2025

El fenómeno de los adolescentes que se integran en bandas juveniles es complejo y multifacético. Si bien algunas de estas agrupaciones pueden estar vinculadas con actividades delictivas, no todas lo son. Muchas funcionan como redes de apoyo para jóvenes que, por diversas razones, se encuentran en situaciones de vulnerabilidad.
Uno de los factores clave que empujan a estos jóvenes a formar parte de bandas es el difícil proceso migratorio que han atravesado sus familias. Muchos de ellos pertenecen a la segunda generación de migrantes, nacidos en un país donde sus padres llegaron buscando una mejor calidad de vida.
Sin embargo, a menudo enfrentan serios obstáculos para integrarse plenamente en la sociedad. La falta de oportunidades educativas y laborales es una de las principales razones que los llevan a buscar refugio en estas agrupaciones.
Si no logran completar sus estudios o no tienen permiso de trabajo, la calle se convierte en su única alternativa. En este contexto, el grupo no solo les proporciona protección, sino que también actúa como una especie de oficina de empleo informal, donde las conexiones dentro de la banda pueden facilitarles algún tipo de trabajo.
Otro factor importante es la discriminación sistemática que sufren. Los jóvenes de origen latinoamericano y africano, en especial los racializados, son blanco frecuente de estigmatización y persecución por parte de las autoridades.
Estos adolescentes son sometidos a un constante escrutinio y criminalización. Este tipo de discriminación alimenta un sentimiento de rechazo hacia las instituciones y refuerza su sentido de pertenencia dentro de la banda, que se convierte en su familia y en su red de apoyo.
Además, la falta de recursos y oportunidades en sus comunidades agrava la situación. En barrios donde la pobreza es alta y los servicios básicos son insuficientes, los jóvenes tienen pocas opciones para su desarrollo personal y profesional. Sin alternativas claras, muchas veces terminan recurriendo a la banda como un mecanismo de supervivencia.
Esto `puede suceder en Estados Unidos pero en Cuba la criminalidad juvenil se ha multiplicado, en alto grado por las crecidas necesidades y el no encontrar trabajo que las satisfaga.
Abordar esta problemática requiere políticas inclusivas que brinden mejores oportunidades educativas, acceso a empleos dignos y estrategias de integración social que reduzcan la discriminación.
Solo así se podrá romper el ciclo que empuja a tantos adolescentes a las calles en busca de un refugio que, muchas veces, termina siendo su única opción.