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Actriz Maikel Amelia defiende su derecho a opinar: 'al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios'

Redacción de CubitaNOW ~ martes 3 de junio de 2025

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La actriz cubana Maikel Amelia, con una profunda mezcla de sinceridad, dolor y amor por su país, comparte públicamente un testimonio donde repasa su historia familiar y sus sentimientos más íntimos sobre la realidad cubana.

En el sitio Noticia de Cuba hoy, Maikel declara, subrayando que su testimonio no busca imponer una verdad única sino abrir un espacio de reflexión: “Yo solo cuento mi vivencia familiar, la interpretación es muy particular de cada cual”, .

Desde su identidad como “guajira de Manzanillo”, recuerda que sus cuatro abuelos eran dueños de negocios prósperos antes de 1959, resultado de años de esfuerzo y sacrificio. “Todos sabemos que cada negocio particular pasó a ser del estado”, afirma, aludiendo a un momento decisivo que marcó su historia familiar con dolor y rabia, emociones que según ella aún hoy se transmiten entre generaciones.

“Dolor que nunca se curó porque se ha convertido en odio de generaciones”, explica, sin dejar de reconocer que también hubo quienes celebraron esos cambios por representar acceso a derechos como la educación y la salud.

“Jamás en ninguna sociedad habrá igualdad social, la historia lo ha demostrado”, reflexiona mostrando su escepticismo hacia los sistemas políticos establecidos. Ni el socialismo ni el capitalismo, aclara, representan para ella un modelo confiable. En lugar de eso, apuesta por una espiritualidad profunda y un compromiso firme con los valores y el amor a su tierra. “He elegido vivir en mi tierra porque la amo, porque soy profundamente patriota y porque me encanta mi gente, mi pueblo, mi carrera y trabajar para mi pueblo”.

Maikel Amelia también cuestiona con claridad lo que considera decisiones inadecuadas dentro del país. Habla del “odio con que nos estamos tratando”, del malestar creciente y de la necesidad de un verdadero espacio de oportunidades.

“En ningún país el gobierno es responsable de la riqueza o pobreza de la gente, PERO SÍ ES RESPONSABLE de dar oportunidades que permitan el desarrollo de cada ser humano según sus capacidades”. Esta afirmación, dice, no es política sino humana: reclama espacio para la creatividad, el talento y el respeto al bien común.

“No estoy ni a favor ni en contra”, aclara, y recurre a una frase bíblica: “al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. En ese sentido, declara que su único gobierno es “el gobierno de Dios”, porque los valores que representa —como los Diez Mandamientos— no cambian con el tiempo ni con los intereses de ningún sistema.

“Si solo a tres personas les muevo el pensamiento a favor de una mejor toma de decisiones en nuestro país, me sentiré más que complacida”, concluye. Su mensaje, cargado de amor, fe y firmeza, apuesta por el respeto y la transformación desde la palabra dicha con verdad y en el momento justo.






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