A golpe de ventiladores y consignas: la Aduana se entrena para seguir saqueando
Redacción de CubitaNOW ~ sábado 28 de junio de 2025

En medio de una de las olas de calor más intensas que ha vivido Cuba en los últimos años, con apagones de hasta 18 horas, escasez de agua potable, inflación galopante y una migración sin freno, la dictadura castrista continúa invirtiendo tiempo y recursos en lo que más le interesa: afinar su aparato de control.
Esta vez, bajo el eufemismo de "capacitación", se ha lanzado el pomposo evento para Directores Generales, Jefes de Departamentos y Cuadros de la Aduana. Todo, por supuesto, en el privilegiado recinto de la llamada "Escuela de Aduana", donde el aire acondicionado es un bien de lujo y los ventiladores hacen más bulla que las supuestas mejoras que prometen.
El contraste es indignante. Mientras la mayoría de los cubanos lucha por sobrevivir en medio de la miseria, los cortes eléctricos y la falta de alimentos, estos cuadros privilegiados se entrenan para perfeccionar el saqueo fronterizo.
Porque eso es lo que realmente hace la Aduana en Cuba: no protege al pueblo ni regula con justicia, sino que exprime hasta el último centavo de los cubanos que traen medicinas, comida o ayuda para sus familias. Lo llaman "formación", pero en realidad es una capacitación intensiva en represión y confiscación.
Las preguntas no tardan en surgir: ¿Preparación para qué? ¿Para seguir robando remesas? ¿Para reforzar el bloqueo interno contra su propio pueblo o para crear nuevos métodos de vigilancia y extorsión? Todo indica que el verdadero propósito de estos encuentros no es mejorar el servicio al ciudadano, sino mantener el control sobre una población cada vez más desesperada.
En una nación que colapsa lentamente, donde los hospitales carecen de insumos básicos y los jóvenes sueñan con escapar, el régimen sigue apostando por formar burócratas leales, no servidores públicos.
Esta “capacitación” de la Aduana es solo otro reflejo del cinismo de un poder que se niega a renovarse, que prefiere gastar en vigilancia antes que en salud, en ideología antes que en pan.
Mientras los ventiladores giran, las consignas suenan y el calor aprieta, el pueblo cubano sigue esperando un cambio que no vendrá de los que se forman para vigilarlo, sino de los que ya no soportan más ser vigilados.
La Tijera