Abuela no puede más y dice ¿hasta cuándo?(video)
Redacción de CubitaNOW ~ viernes 12 de diciembre de 2025
En medio de la oscuridad provocada por los constantes apagones y la escasez de recursos básicos, la población cubana enfrenta cada día desafíos que parecen interminables. Rosa Rodríguez, una desesperada abuela cubana, lo expresa con claridad: “Esto ya no hay quien lo aguante, ¿hasta cuándo es esto?”.
Sus palabras reflejan la frustración de millones de cubanos que no tienen acceso estable a electricidad, agua y gas, condiciones esenciales para la vida cotidiana. La situación se agrava con la responsabilidad de cuidar a los más pequeños, quienes son los más vulnerables frente a esta crisis invisible pero devastadora.
El problema no es únicamente la falta de servicios, sino también la sensación de abandono y de indiferencia institucional. Familias completas se enfrentan a decisiones difíciles cada día: cómo alimentar a los niños cuando no hay gas para cocinar, cómo mantener la higiene básica cuando el agua no llega, cómo proteger a los más pequeños frente a un entorno lleno de carencias. Esta realidad ha convertido a la resiliencia en una virtud indispensable para sobrevivir, y la voz de aquellos que sufren se vuelve una herramienta de resistencia.
Rosa hace un llamado directo a las mujeres, que en muchos hogares son el pilar central de la familia, a no quedarse calladas y a luchar por sus hijos. Es un recordatorio de que la resistencia no es solo física, sino también moral y social. Al alzar la voz, se genera conciencia, se visibiliza la injusticia y se reivindica el derecho fundamental de vivir con dignidad. Cada denuncia, cada mensaje compartido, es un paso hacia un cambio que la población ha esperado durante años.
Además, este llamado a la acción no está dirigido únicamente a quienes sufren, sino a toda la sociedad. La invitación es clara: participar, expresar y unir fuerzas para transformar la realidad. No se trata de criticar desde la comodidad, sino de actuar con valentía frente a la adversidad. La esperanza y la solidaridad son las armas que permiten a los cubanos enfrentar la falta de servicios básicos con creatividad, resiliencia y determinación.
Al final, la lucha de Rosa y de tantas otras familias cubanas es un recordatorio de que la voz del pueblo no puede ser ignorada. Cada acción, cada denuncia, cada esfuerzo por resistir, es un paso hacia una Cuba más justa, digna y humana. La lucha diaria continúa, y solo la unidad y el coraje colectivo pueden abrir la puerta a un futuro mejor.