A tres semanas del huracán Melissa, el oriente cubano sigue lejos de la recuperación total
Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 19 de noviembre de 2025
Tres semanas después del paso devastador del huracán Melissa, el oriente cubano continúa intentando recomponer sus heridas más profundas. Mientras las cifras oficiales hablan de porcentajes, “procesos de certificación” y supuestos avances, en los pueblos de Holguín, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo la recuperación se siente menos estadística y mucho más humana: un proceso lento, irregular y cargado de ansiedad para miles de familias que aún lidian con daños en sus viviendas, carencias de servicios básicos y la incertidumbre de cuándo podrán volver a la normalidad.
Este lunes, el Consejo de Defensa Nacional volvió a reunirse para evaluar el estado de la recuperación. Desde el Palacio de la Revolución, y con enlaces por videoconferencia con todas las provincias, el gobierno intentó proyectar una imagen de “avance”. Sin embargo, las propias intervenciones de autoridades locales revelaron un panorama todavía complejo, sobre todo en comunidades rurales y en los municipios más afectados.
El viceministro primero de Energía y Minas, Argelio Abad Vigoa, informó que el servicio eléctrico en la región oriental alcanza un restablecimiento del 84,8 %. Holguín y Granma superan el 90 %, Guantánamo roza el 99 %, y Las Tunas ya estaría “al 100 %”.
Pero Santiago de Cuba continúa siendo la gran excepción: apenas llega a un 60 % de recuperación, con zonas como Contramaestre particularmente golpeadas. Aunque la capital provincial tiene la energía casi restablecida, miles de hogares en municipios interiores siguen dependiendo de grupos electrógenos, tendidos provisionales o padeciendo apagones prolongados.
El abasto de agua muestra un escenario igualmente desigual. En Holguín, la población afectada está casi totalmente recuperada, aunque persisten fallas en Urbano Noris y Mayarí. Granma, sin embargo, continúa rezagada debido a que las lluvias asociadas al frente frío posterior al huracán obligaron a desmontar equipos y retrasaron montajes clave. Cada retroceso impacta directamente en miles de hogares donde madres, ancianos y niños siguen cargando cubos, dependiendo de pipas o almacenando agua por horas.
Aunque la reunión se centró en infraestructura y servicios, las autoridades provinciales reconocieron que el mayor volumen de daños está en las viviendas: techos arrancados, paredes colapsadas, estructuras debilitadas. En numerosos pueblos, familias enteras siguen viviendo bajo lonas, durmiendo en salas improvisadas o refugiándose en casas de vecinos. En Santiago de Cuba, Guantánamo y Granma aún no se logra una cuantificación definitiva de los daños, y crece el temor de que buena parte de las pérdidas no se reponga a corto plazo debido a la crisis de materiales que atraviesa el país.
El ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez, informó sobre la certificación de la vía central hacia Santiago y el inicio de las revisiones del tramo Jobabo–Guamo–Bayamo, uno de los más afectados. Sin caminos, la ayuda tarda más en llegar; sin caminos, la vida cotidiana también se ralentiza.
La telefonía fija ha sido restablecida en un 83,2 % y la móvil en un 88 %, aunque estos porcentajes no siempre coinciden con la realidad de las comunidades, donde la señal débil e intermitente aún complica trámites, emergencias o el contacto con familiares emigrados.
Mientras el gobierno insiste en que la recuperación “avanza”, la vida en el oriente del país cuenta otra historia: Melissa dejó destrucción física, pero también expuso vulnerabilidades acumuladas durante años. La reconstrucción avanza, sí, pero con parches, esfuerzo comunitario y una incertidumbre que no se despeja.