Lis Cuesta intenta reciclar a Israel Rojas y la respuesta ciudadana es demoledora
Redacción de CubitaNOW ~ jueves 7 de agosto de 2025

La reciente publicación de Lis Cuesta, esposa de Miguel Díaz-Canel, sobre la incorporación del músico oficialista Israel Rojas a un espacio académico en el Instituto Superior de Arte (ISA), ha desatado una tormenta en redes sociales.
Cuesta celebró lo que llamó un “encuentro feliz y productivo” con Rojas, en un aula dedicada a las Industrias Culturales, afirmando que la carrera se honra con creadores que “rompen barreras”. Sin embargo, para miles de cubanos, este intento de reposicionamiento no fue más que propaganda reciclada.
"El pueblo muere de hambre y miseria y ellos hablan de felicidad y debates", fue uno de los comentarios más compartidos, resumiendo la indignación que inunda plataformas como X y Facebook.
Muchos no vieron una genuina apertura en el acercamiento de Rojas a un discurso más conciliador, sino un intento oportunista de lavar su imagen tras años de apoyo explícito al régimen, negando incluso la existencia de presos políticos.
Su reciente entrevista en La Joven Cuba, donde sugirió indultos para los presos del 11J sin mencionar ni una palabra sobre la represión, fue el detonante para que los ciudadanos vieran su cambio de tono como parte de una estrategia del poder.
La participación de Cuesta como promotora de este tipo de figuras reavivó las críticas sobre su rol como vocera cultural del castrismo, más centrada en reforzar la narrativa oficialista que en promover un diálogo genuino.
"Se hunden, solo hay que observarlos", escribió otro usuario, mientras que muchos calificaron la alianza Cuesta-Rojas como “un circo”. El intento de maquillar el deterioro institucional usando figuras como Israel Rojas ha sido interpretado como una muestra clara de debilidad del aparato propagandístico del régimen.
Mientras artistas independientes continúan enfrentando censura, exilio o silencio institucional, las autoridades apuestan por reciclar voces conocidas, pero cada vez menos creíbles. La respuesta de los cubanos en redes sociales fue clara: no hay reconciliación sin verdad ni diálogo sin justicia.
Y mientras el poder sigue apostando por estrategias simbólicas, la fractura entre el oficialismo y el pueblo es más evidente que nunca. Israel Rojas podrá volver al aula, pero difícilmente recuperará la credibilidad.