El Departamento de Seguridad Nacional y el FBI anunciaron una recompensa de 10,000 dólares para quien proporcione información que conduzca al arresto de cuatro inmigrantes hispanos indocumentados que escaparon del Centro de Detención Delaney Hall, ubicado en Newark, Nueva Jersey.
Los fugitivos fueron identificados como Franklin Norberto Bautista Reyes y Joel Enrique Sandoval López, ambos de Honduras, así como Joan Sebastián Castañeda Lozada y Andrés Pineda Mogollón, de Colombia. Todos ellos estaban detenidos bajo sospecha de delitos cometidos en Nueva Jersey y catalogados por las autoridades como “inmigrantes indocumentados peligrosos” y “amenazas a la seguridad pública”.
Cada uno de ellos tiene antecedentes relacionados con arrestos por agresión, posesión ilegal de armas y hurtos, según registros policiales recientes. Bautista Reyes fue arrestado en mayo de 2025 por agresión con agravantes, mientras que Sandoval López tiene antecedentes desde 2024 relacionados con armas y agresiones. Castañeda Lozada y Pineda Mogollón también enfrentaban cargos por allanamiento de morada y hurto.
No obstante, es importante destacar que “todos los cargos son meras acusaciones y se presume que los procesados son inocentes hasta que se demuestre lo contrario en un tribunal”.
La fuga ocurrió en medio de un incidente reportado como un motín en el centro de detención Delaney Hall. Según testimonios y organizaciones que defienden a los inmigrantes, alrededor de 50 detenidos protestaron por las malas condiciones, principalmente por retrasos en las comidas, lo que llevó a un altercado donde se derribó una pared en un dormitorio. Un detenido que llamó a una línea de emergencia informó que “la gente tenía hambre, se enojó mucho y empezó a reaccionar y a rebelarse contra lo que estaba sucediendo en el centro”.
Las autoridades federales, sin embargo, negaron que se registraran disturbios generalizados y aseguraron que el centro mantiene servicios esenciales como atención médica 24/7, visitas legales, comidas especiales y servicios de traducción.
El alcalde de Newark, Ras J. Baraka, expresó profunda preocupación por la situación y exigió mayor supervisión y transparencia en el manejo de la instalación privada, criticando las prisiones privadas por su falta de control y supervisión adecuada.
Este episodio también ha generado controversia política, ya que en mayo el alcalde Baraka fue arrestado tras intentar inspeccionar el centro, y recientemente una congresista local fue acusada de agredir a agentes durante una visita de supervisión.
Delaney Hall es una instalación con capacidad para más de 1,000 personas y es uno de los centros de detención más grandes de la Costa Este. La situación actual pone en evidencia las tensiones y debates sobre el manejo y las condiciones de los centros de detención migratoria en Estados Unidos.
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