La más reciente campaña de recargas internacionales impulsada por la empresa estatal de telecomunicaciones ETECSA ha reavivado el malestar dentro y fuera de Cuba. Aunque se presenta como una vía para que emigrados ayuden a sus familiares, economistas y analistas advierten que se trata de una de las principales fuentes de divisas para el régimen cubano, en medio de una aguda crisis económica.
El economista cubano Manuel Milanés estima que el monto generado por este sistema —sumando recargas y remesas— podría oscilar entre 2,500 y 3,500 millones de dólares anuales. “Estamos hablando de miles de millones que no se utilizan para mejorar los servicios, sino que terminan alimentando las finanzas del Estado, sin transparencia alguna”, señaló en declaraciones recientes.
El gobierno cubano no publica cifras oficiales sobre lo recaudado por este concepto, pero las operaciones están amparadas legalmente por el Departamento del Tesoro de EE.UU., que autoriza transacciones vinculadas a telecomunicaciones. Esto permite que empresas en terceros países actúen como intermediarias, evitando vínculos directos con bancos cubanos.
El propio portal de ETECSA enumera múltiples plataformas extranjeras autorizadas para realizar recargas, las cuales cobran comisiones y ofrecen paquetes promocionales periódicamente. Sin embargo, según Milanés, el mecanismo está diseñado para eludir el sistema financiero directo de la isla: “Desde Estados Unidos se transfiere a un banco en España o Panamá. Ellos reciben los fondos en euros y los redirigen hacia Cuba sin pasar por instituciones sancionadas”.
En una reciente emisión del programa oficial Mesa Redonda, autoridades cubanas admitieron que el aumento de tarifas en servicios de telefonía e internet responde, en parte, a la necesidad de captar más recargas internacionales. Este “tarifazo” ha provocado críticas generalizadas, especialmente entre jóvenes y estudiantes que dependen del acceso digital para estudiar, comunicarse y trabajar.
Según revelaciones del Nuevo Herald, la empresa RAFIN S.A. —vinculada al poderoso conglomerado militar GAESA— posee importantes reservas en el extranjero, superiores a los 400 millones de dólares. Esto refuerza las sospechas de que el dinero recaudado por las recargas podría estar siendo redirigido hacia intereses fuera del sector de telecomunicaciones.
“Ellos mismos admiten que no están usando ese dinero para mejorar la infraestructura o los servicios de ETECSA. La prioridad parece estar en proyectos turísticos, inversiones inmobiliarias o en alimentar las arcas estatales”, advierte Milanés.
El llamado “paquetazo digital”, que ha elevado drásticamente los precios de los paquetes de datos móviles, ha tenido un impacto negativo en el acceso de los cubanos a internet. Por ejemplo, un paquete de 3 GB puede costar más de 3,000 pesos cubanos, una suma inalcanzable para muchos en un país donde el salario promedio ronda los 5,700 pesos (unos 47 dólares).
Para muchos, este sistema no solo refleja la fragilidad de la economía cubana, sino también la dependencia del régimen de fuentes externas de ingresos. Lo que para millones de cubanos en el exilio es un gesto de ayuda familiar, termina siendo una vía para mantener a flote un sistema que no ofrece mejoras tangibles ni transparencia en el uso de los fondos que recibe.
Fuente: Telemundo Miami
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