Sergio Pérez es el nombre de profesional cubano de la psiquiatría que ha compartido un texto a través de sus redes sociales y ha puesto en tela de juicio la atención médica recibida por Luis Manuel Otero Alcántara.
El líder del Movimiento San Isidro, ingresado contra su voluntad el pasado 2 de mayo tras ser sacado contra su voluntad de su vivienda donde hacía huelga de hambre, continúa ingresado en el hospital Calixto García.
Además, que se hicieran públicos datos sobre la condición del paciente, reconoce el médico, es una “flagrante violación del secreto profesional”.
Su ‘verdad’ íntegra a continuación:
Hace varios días que ingresaron al joven Luis Manuel Otero Alcántara. Y voy a referirme a la pésima calidad de la atención médica que me han dejado ver con los vídeos que han puesto sobre ese joven.
En el primer video, y para hacer creer a la población que lo de la huelga de hambre y de sed de ese joven era mentira, hacen público los resultados de sus exámenes y además de ser una flagrante violación del secreto profesional, dan como normales dichos valores. En otras palabras, el joven estaba sano.
Pero, en contradicción con esa supuesta sanidad, lo dejan hospitalizado en terapia intensiva, lo cual denota que los médicos que le evaluaron no tienen una clara noción o simplemente no saben los criterios de ingreso en ese tipo de servicio, en el que, se supone, deben ingresar aquellos sujetos cuya gravedad, pone en peligro su vida.
En otra ocasión, aparece un angiólogo que se presenta como su médico y que ni el nombre del paciente se ha aprendido antes de hacer dicho vídeo, y que utiliza ese vídeo para limpiar su imagen, lo cual también es un contrasentido, ya que, en más de 40 años de ejercicio profesional, mi imagen no la he tenido que limpiar pues no la he ensuciado con mi práctica médica.
Pero a esa falta de toda la mística de un buen médico, se suma anunciar que es el médico de cabecera de un paciente que no padece condición alguna que requiera tratamiento por esa especialidad.
Y no es una buena práctica médica, ser tratado por un especialista en enfermedades que no padeces.
Finalmente, es una contradicción que el joven que ingresó, con parámetros clínicos y bioquímicos normales, aún permanezca hospitalizado, lo cual me dice que los médicos que le atienden nunca aprendieron a dar altas hospitalarias oportunamente.
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