La casa de subastas "RR Auction" en Boston ha puesto en oferta varias medallas olímpicas de atletas cubanos, destacando el oro ganado por el boxeador Yuriorkis Gamboa en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Esta pieza, considerada un valioso objeto de colección, podría alcanzar un precio estimado de 15,000 dólares antes de que la subasta cierre el 16 de enero.
Junto a la presea de Gamboa, también se encuentran tres medallas de plata obtenidas por la selección cubana de béisbol en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 y Beijing 2008. Aunque los nombres de los dueños originales de las medallas no han sido revelados, se cree que estas piezas provienen de coleccionistas que las adquirieron previamente.
La subasta ha generado interés no solo por el valor histórico y simbólico de las medallas, sino también por las historias detrás de los atletas. En el caso de Yuriorkis Gamboa, su oro olímpico marcó el inicio de una destacada carrera en el boxeo. Tras su victoria en Atenas, el llamado "Ciclón de Guantánamo" desertó de Cuba en 2006, junto a otros campeones olímpicos, y comenzó una carrera profesional en Estados Unidos que lo llevó a conquistar varios títulos mundiales. Sin embargo, Gamboa confesó haber vendido su medalla olímpica para apoyar económicamente a su familia antes de dejar Cuba.
Por otro lado, las medallas de plata de la selección cubana de béisbol representan momentos clave en la historia del deporte en la isla. La presea de Sídney 2000, que muestra signos de desgaste, se valora en 8,000 dólares, mientras que las de Beijing 2008 tienen estimaciones de 10,000 y 12,000 dólares respectivamente. En ambas competencias, el equipo cubano se quedó a las puertas del oro, cayendo ante rivales como Estados Unidos.
Las subastas de medallas olímpicas de deportistas cubanos no son un fenómeno reciente. Desde hace años, varios atletas han vendido sus preseas de manera discreta para evitar repercusiones en Cuba. En ocasiones anteriores, medallas de figuras como Roniel Iglesias y Ángel Valodia Matos han alcanzado cifras significativas, superando los 50,000 dólares.
Este tipo de eventos refleja no solo el valor material de las medallas, sino también las complejas historias de los deportistas que, tras destacar en la élite olímpica, enfrentaron decisiones difíciles marcadas por las circunstancias de sus vidas dentro y fuera de Cuba.
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