Este lunes, Israel llevó a cabo un ataque contra la televisión estatal iraní IRIB en Teherán, interrumpiendo la emisión en directo y causando múltiples bajas, según informan medios locales iraníes y agencias internacionales.
Un vídeo difundido en redes sociales muestra a la presentadora Sahar Emami justo antes de que se escuche un fuerte estruendo que interrumpe la transmisión. La presentadora afirmó: “Lo que escuchan es el sonido del agresor. Escuchan el sonido del agresor atacando la verdad”, destacando la tensión del momento y el impacto del ataque en la transmisión oficial.
El Ejército israelí había advertido previamente a los residentes y trabajadores del distrito C de Teherán que evacuaran la zona “inmediatamente” ante la inminencia de nuevos ataques. Este aviso provocó que cientos de vecinos huyeran con pánico y urgencia, evidenciando la alarma que generó la operación militar en plena capital iraní.
El ataque no solo afectó a la infraestructura de la radiotelevisión estatal, sino que también habría causado la muerte de varios empleados, lo que marca un episodio grave en la escalada de tensiones entre ambos países. La sede central de IRIB, situada cerca de una mezquita y con oficinas amplias, fue el objetivo principal. La interrupción de la señal y la destrucción de un medio estatal representan un golpe simbólico y estratégico para Irán, dado que IRIB es la principal fuente oficial de información para la población iraní.
Tras el ataque, el gobierno israelí aseguró haber tomado el control del espacio aéreo sobre la capital iraní. Esta declaración se acompañó de una advertencia contundente: “Teherán arderá”, que refleja la gravedad y la determinación de Israel en esta operación militar. La ofensiva en el corazón de Irán, a miles de kilómetros de Israel, evidencia un escalamiento sin precedentes en el conflicto entre ambos países, tradicionalmente marcados por la hostilidad y el enfrentamiento indirecto.
El llamado a evacuar el distrito C y el pánico generado entre los residentes del norte de Teherán subrayan el impacto del conflicto en la vida civil iraní. Esta acción de Israel apunta a desestabilizar la capacidad de propaganda y comunicación del régimen iraní, afectando directamente la narrativa estatal y su control sobre la información interna.
El ataque aéreo contra la televisión estatal representa un giro importante, pues no solo afecta infraestructuras militares o estratégicas, sino también un símbolo clave de la identidad y poder político iraní.
Este episodio puede provocar un recrudecimiento de la tensión en la región, con repercusiones globales, dado el peso geopolítico de Irán y la sensibilidad del conflicto israelí-iraní. La comunidad internacional observa con preocupación cómo “Teherán arderá” puede marcar el inicio de una escalada más amplia que involucre a otras potencias regionales y globales.